Desde niña vives en un mundo en el que no te das cuenta de las cosas. Al principio todo es como un cuento; las cosas siempre salen bien y tienes a tus padres para lo que quieras. Pero cuando Cristina creció, se dio cuenta de que esas cosas solo pasaban cuando eras pequeña. De pequeña ya sufria algunos insultos por su aspecto, pero cuando creció seguían metiendose con ella. Durante, mas o menos una semana, Cristina se mareaba constantemente, hasta llegaba a perder el conocimiento. No comía nada, solo dormía. Cuando fueron al medico le dijeron que había caído en una peligrosisima enfermedad: la anorexia. Pocas probabilidades tenía Cristina de salvarse, puesto que la enfermedad era grave. Solo debían dejar pasar el tiempo, para ver si se reponía. Cristina había caído en una inmensa depresión, podía morirse cualquier día a cualquier hora, pero lo único que parecía hacerle contenta era soñar... Soñar con las nubes, con el cielo, llegar a tocarlo, VOLAR... Sabía que nunca lo haría pero todas las noches, antes de dormirse profundamente, soñaba con volar alto, e irse a un lugar donde nadie existiera, ni se metiera con ella.
Pasó dos semanas en el hospital ingresada, en estado grave. Su familia estaba destrozada, no sabían que hacer para ayudarla, solo podían consolarla, pero no ayudar a combatir esa enfermedad. Solo ella podía...
Días despues de fallecer cristina, el médico visitó la casa en la que vivían sus padres. Ellos todavía no habían podido hablar con ningun médico acerca de como murió casi tan de repente,si había que operararla. El médico, respondió a esa duda diciendoles;
- Hablamos con Cristina cuando estaba en estado grave, le dijimos que habia dos alternativas: o hacerle una operación en la que le quedarian dos años de vida, o dejarla morir. Ella nos hizo una pregunta; Nos dijo que si cuando moría ibamos al cielo con Dios. Yo le respondí que si, y ella solo nos respondió antes de morir: Pues entonces dejeme morir, pues Dios me llevara con él y me enseñara a volar.