El sol se filtra por la ventana, miro y allà a lo lejos veo el mundo en su eterno ir y venir.
Yo estoy aquì sola, tengo un frìo que me corre por el cuerpo, a mi alrededor tambièn vienen y van, pero es el movimiento deun hospìtal.
Oh! Dios! Còmo estoy aquì, mi esposo està ahì dentro, se sintiò mal pero va a estar bien, aunque los mèdicos te asustan con sus caras serias y estàs en sus manos.
Pienso en la vida, sola en este corredor , trato de comer algo, pero no sabe igual que en casa, extraño mi hogar, mi refugio càlido y acogedor.
Ya no puedo pensar en eso, ahora es este momento , ahora es èl que me necesita.
Todo va a pasar, me repito en forma incesante.
Todo va a estar bien y volveremos a casa, seguiremos con nuestra vida tranquila y armoniosa.
Otra vocecita me dice: ¿porquè tuvo què suceder esto? ¿què hicimos mal para que sucediera?
No es nada de eso, es la vida, la vida es asì. Hoy estàs bien y de pronto surge algo y tu mundo se tambalea, ya no tienes el control.
!Control! De eso se trata de querer controlarlo todo, eso nos hace daño, somatizamos y nos enfermamos sin darnos cuenta.
Sigo pensando mientras espero noticias de mi amor, que es como un niño grande y debe estar asustado, lo conozco hace tanto tiempo!
El mèdico sale, dice que va a estar bien, haciendo lo indicado, debe cuidarse, pero nos vamos a casa.
!A casa! Parece que hace tanto tiempo que estoy aquì, suspendida en un momento de dolor, de pensar y pensar, ya no màs.
A vuelto a salir el sol con màs fuerza, tomo tu mano y juntos emprendemos el regreso a casa.-