No volví a mirar para atrás, quería dejarlo ya y de una vez por todas en el pasado, la verdad es que no me había ido mal en el pueblo, pero los últimos tres meses fueron insoportables.
Ya no aguantaba más sufrir las colas en el supermercado con miles de ojos inquisidores mirándote y sus bocas cuchicheando al lado de tus oidos. Tampoco aguantaba las miradas de los hombres llenos de pasión, en realidad no era pasión, era lago morboso, enfermo.
No aguantaba ver como mi hija, volvía todas las tardes llorando, ya casi no quería verme delante, por miedo a parecerse a mi cuando fuera mayor.
Mi madre hablaba con ella, todos los días, para decirle que las cosas malas que decían de su madre eran todas mentira.
Se sentía asqueada, sucia, pensaba que en realidad no la quería por el suceso que acntecía hace tantos años. Me echaba a mi la culpa de que su novio la hubiera dejado.
En realidad, tenía razón, era mía toda la culpa. No debí enfrertarme de esa manera al comisario del pueblo. Pero tampoco debía dejar que me pasara lo mismo que hace 17 años. Volver a sentir el mismo miedo, sentirme igual de sucia, sin ayuda, sin tener a dónde ir.
En este pueblo, dónde pasé casi 15 años de hermosa? vida, pasé también los peores meses de la vida de mi hija.
Maldigo el día en que me emborraché y salí violada de el water de ese bar.
Y maldigo a la mala gente del pueblo que están haciendo sufrir de esa manera a mi hija.
Lo que le hice al comisario no estuvo bien, pero no quise volver a pasar por ese infierno otra vez.
No vuelvo a mirar y quiero dejarloya de una vez en el pasado