Cada noche pienso abandonado en el primer hueco de la barra de algún bar semivacío, a sorbos de tequila, veneno del olvido, intentando asesinar recuerdos. Y me veo como un gato que da vueltas por los tejados de un barrio abandonado, y se oye un maullido de tristeza cada vez que se acerca la luna y no puediera alcanzarla. Y sin embargo crece el dolor a cada rayo de luna, cada vez que pienso en ella, cada vez que sepa que el amarte es mas bien una forma de suicidio, y sin embargo maúllo de pena como si llamara a una esperanza que supiera no va a aparecer, y sin embargo no se pierde esa esperanza ajena y lejana. Vuelvo a los tragos de tequila, lima y lágrimas, a los largos paseos en las noches sin luna, porque ella está lejos, no quiere verme, y sin embargo yo siento que vivir lejos de ella es como vivir en un cementerio, porque no solo se muere cuando se deja de respirar, sino cuando caes en el olvido es otra forma de morir, y vagaras por la tierra sin una moneda para pagar a Caronte, y sin embargo te acercas a una cabina, y llamas a la esperanza a cobro revertido, y te contesta la soledad, y sin embargo te acuerdas de la tristeza, y del dolor. Y te acuerdas de la luna, y de ella, y te olvidas de olvidarte de lo que un dia fue amor y hoy es veneno, y te niegas a ser ese pájaro que en antaño renació de sus cenizas, porque da igual estar vivo, o que algun día vuelva a sentir el amor en otra mirada desde otra dirección. Y sin embargo pienso que un día lograré irme lejos, auto-stop hacia el olvido, y sin embargo, pienso que vivo en un futuro sin mañana, porque el mañana no existe, sólo nosotros.