Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Religiosos

Yo sé que se levantará

Yo sé que se levantará.

(Relato Religioso -95).

Jesucristo acababa de recibir la noticia de que su amigo Lázaro estaba enfermo. “Sin embargo, cuando oyó que este estaba enfermo, entonces realmente permaneció dos días en el lugar donde estaba”. [Por favor, lea en su Biblia el Evangelio de Juan capítulo 11, versículos 1 al 6]. Si seguimos leyendo el relato bíblico, en el versículo 11 Jesús le dice a sus discípulos: “Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá a despertarlo del sueño”. Pero sus discípulos no comprendieron lo que Jesús les había querido decir, por lo tanto les aclaró: “Lázaro ha muerto”. [Lea Juan 11:11 al 15]. ¿Por qué comparó Jesucristo a la muerte con el sueño?. Porque él iba a Betania a despertarlo del sueño de la muerte por medio de la resurrección y traerlo nuevamente a la vida.

Por su parte, allá en Betania lugar donde vivía Lázaro junto a sus hermanas Marta y María todos ellos eran buenos amigos de Jesús y parte de sus discípulos, Marta estaba desolada porque su hermano Lázaro había muerto. ¿Qué podría aliviar su dolor?. Jesús le aseguró cuando llegó a ella: “Tu hermano se levantará”. Aunque estas palabras tal vez no eliminaron toda su tristeza, Marta concordó con lo que Jesús dijo. Ella afirmó: “Yo sé que se levantará en la resurrección del último día”. Estaba convencida de que Lázaro resucitaría en el futuro. Sin embargo, Jesús le devolvió la vida ese mismo día. [Juan 11:17 al 45].

Muchos de nosotros hemos sufrido la pérdida de un ser querido y anhelamos volver a abrazar a nuestro familiar o amigo, hablar con él, reírnos con él. Claro, no tenemos ningún motivo para creer que Jesús o su Padre, Jehová, lo vayan a resucitar hoy. Pero, ¿estamos tan convencidos como Marta de que volverá a la vida en ‘el futuro’?. Felizmente, tenemos razones sólidas para decir lo mismo que ella: “Yo sé que se levantará en la resurrección”. Aún así, es conveniente que pensemos en las razones del por qué tenemos esa fe y estamos tan seguros de ello.

Betania quedaba cerca de Jerusalen. Es probable que Marta no hubiera estado presente cuando Jesús resucitó al hijo de una viuda cerca de la ciudad de Naín, en Galilea, aunque debió oír hablar de aquel milagro. Ocurrió algo parecido cuando Jesús resucitó a la hija de Jairo, probablemente en Capernaum. Los que estaban allí “sabían que ella había muerto”. Pero Jesús la tomó de la mano y le dijo: “Muchacha, !levántate!”. Y de inmediato lo hizo. [Lucas 7:11 al 17 y 8:41,42 y 49 al 55]. De hecho, estas dos resurrecciones que había realizado Jesús, por orden cronológico, fueron las resurrecciones número 4 y 5 que se mencionan en la Biblia.  Tanto Marta como su hermana María sabían que Jesús podía curar a los enfermos. Por eso creían que, si él hubiera llegado a tiempo, Lázaro no habría fallecido. Pero, ¿qué ocurriría ahora que este amigo de Jesús estaba muerto?. Fijémonos en que Marta dijo que Lázaro volvería a la vida ‘en el futuro’, “en el último día”. ¿Por qué estaba tan convencida?. Y ¿por qué podemos estar nosotros seguros de que habrá una resurrección en el futuro y de que nuestros seres queridos pueden volver a vivir junto a nosotros aquí sobre la Tierra?.

Hay razones de peso para tener fe en que habrá una resurrección. Consideremos algunas de las efectuadas en la Bíblia y durante este análisis bíblico, puede que encontemos algunas ideas sobre la resurrección en las que no pensamos a menudo. Estas fortalecerán nuestra fe en que volvamos a ver a nuestros seres amados.

La primera resurrección de la que habla la Biblia la efectuó el  profeta Elías. Fue una época en la que Jehová Dios le dio el poder para hacer milagros. En una ciudad costera de Fenicia llamada Sarepta, una viuda pobre fue hospitalaria con el profeta. Entonces, Dios hizo que no se le acabaran el aceite y la harina, por lo que tanto ella como su hijo pudieron sobrevivir. [1 Reyes 17:8 al 16]. Tiempo después, el niño se enfermó y murió. Pero Elías tocó el cadaver y suplicó: “Dios, por favor, haz que el alma de este niño vuelva dentro de él”. Jehová escuchó la oración de Elías y le devolvió el alma, es decir, la vida. [1 Reyes 17:17 al 24]. No hay duda de que Marta conocía este extraordinario milagro ya que ella lo habría oido en su casa o en la sinagoga.

El sucesor de Elías, el profeta Eliseo, efectuó la segunda resurrección que aparece en la Biblia. En la ciudad de Sunem, vivían una importante israelita sin hijos y su esposo era de edad avanzada. Como ella fue muy hospitalaria con Eliseo, Dios la recompensó con un hijo. Algunos años después, el niño murió. Sin duda, ella estaba muy afligida. Con el permiso de su esposo, fue a ver al profeta que estaba en el monte Carmelo, a unos 30 kilometros [unas 19 millas]. El profeta fue, entró en la casa y oró junto al cuerpo del niño. Entonces, Jehová le devolvió  la vida. Al verlo, su madre sintió una inmensa alegría. [2 Reyes 4:8 al 37].

Pero ese no fue el último milagro en el que estuvo implicado Eliseo, ya que él había pedido doble porción del espíritu santo a Jehová Dios al ser separado de Elías. Por lo tanto, si Elías había realizado una resurrección a él le faltaba la segunda por realizar, pero tras ser profeta durante cincuenta años, se enfermó y murió. Tiempo después, cuando ya solo quedaban sus huesos, pasaron cerca de su tumba unos israelitas que iban a enterrar a un hombre. De repente, vieron aparecer a unos enemigos, asi que salieron huyendo y arrojaron el cadaver en la sepultura de Eliseo. La Biblia dice: “Cuando el hombre tocó los huesos de Eliseo, inmediatamente llegó a vivir y se levantó”. [2 Reyes 13:14, 20 y 21]. Pensemos en lo que estos relatos tuvieron que significar para Marta. Estaba claro que Dios tiene poder sobre la muerte. Y pensemos en lo que podemos aprender nosotros, sin duda, nos convencen de que el poder de Dios es inmenso y sin límites.

Pasemos ahora a los relatos del siglo primero. Las Escrituras Griegas Cristianas, conocidas como Nuevo Testamento, también  contienen relatos de resurrección realizadas por siervos de Dios. Ya hemos mencionado las que efectuó Jesús cerca de Naín y en la casa de Jairo, la resurrección de Lázaro fue la sexta en los relatos bíblicos. Algunos años despues ocurrió la número 8. El apóstol Pedro resucitó a una Cristiana llamada Dorcas o Tabita. Entró en la habitación donde estaba el cuerpo, oró a Jehová y dijo: “Tabita, !levántate!”. Al instante, ella resucitó y Pedro “la presentó viva” a los hermanos. Como consecuencia de este impresionante milagro, “muchos se hicieron creyentes en el Señor”. [Hechos 9:36 al 42]. Estos nuevos discípulos podían dar testimonio del Señor Jesús y del poder de Jehová para resucitar a los muertos.

La  novena resurrección también la presenciaron varias personas. Cierto día el apóstol Pablo estuvo discursando hasta la medianoche en una casa de Troas, en lo que hoy es el noroeste de Turquía. Eutico, un joven que lo escuchaba sentado en una ventana, se quedó dormido y cayó desde el tercer piso. El primero en llegar hasta él quizás fue Lucas, que era médico y señaló que el joven no estaba inconsciente, sino muerto. Pablo bajó las escaleras, abrazó el cuerpo y les dijo a todos que Eutico estaba vivo. Aquel milagro, debió impresionar mucho a todos los que lo presenciaron. Debieron sentirse reconfortados al darse cuenta de que habían sido testigos de una resurrección. [Hechos 20:7 al 12].

Los relatos que hemos visto deben darnos una esperanza segura sobre la promesa de la resurrección al igual que la seguridad con la que Marta respondió a Jesús deben darnos la confianza de que los muertos van a ser resucitados. Piense por un instante: Si Jehová Dios nos ha dado la vida, puede devolvérsela a los muertos. Es interesante que en todas aquellas resurrecciones estuvo presente algún siervo de Dios como Elías, Jesús o Pedro. Hemos visto relatos reales del pasado que demuestran que los muertos pueden volver a vivir. También, hemos hablado de siervos de Dios que sabían que en algún  momento futuro habrá una resurrección, en Hechos 24:15 se nos dice: “Va haber resurrección”. Es significativo que todas aquellas personas que resucitaron en el pasado tuvieron que morir por los efectos del pecado heredado de Adán, pero la promesa de la resurrección futura será vida eterna sobre la Tierra porque ese es el don que recibiremos de parte de Dios. [Romanos 6:23]. Además esa vida eterna será bajo perfección sin enfermedades, ni muerte, ni dolor. [Revelación o Apocalipsis 21:3 y 4].

Ahora bien, dejamos pasar la resurrección número siete por el orden bíblico que ocurrieron, que fue la resurrección de Jesús realizada por Jehová que lo levanto de su tumba a los tres días de haber muerto. Esta resurrección fue predicha proféticamene por siglos de antelación. ¿Cómo demuestra el Salmo 118 que puede haber una resurrección mucho tiempo después de haberse predicho?. ¿Cómo se cumplió Salmo 16:10?. ¿Cómo serían resucitados durante la presencia de Cristo y cómo?. Estas preguntas obtendrán respuestas en el proximo relato religioso que titularemos: “Una resurrección predicha”.

 

 

 

 

Datos del Cuento
  • Categoría: Religiosos
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2113
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.145.78.117

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033