Una tarde de Agosto, cualquier tarde, no es importante el día...Solo sè que diluviaba y el frío de la lluvia calcomía mis huesos.
La sensación de soledad era mayor, paseando entre la gente con capuchas y sombrillas que apenas permitían ver su rostro...mucho menos sus almas...
Caminando sin sentido, una simple capa me cubría el cuerpo, pero mi rostro recibía todo el cruel ataque de la lluvia. Que más dá!, eso hacía difícil que se pudiese percibir las lágrimas que bañaban mi rostro, pero que por ventura, se confundían con la lluvia...
Ensimismada en mis pensamientos, solo percibí un fuerte golpe, quedè atontada, había tropezado, pensè yo, con un gran muro, pero de pronto escuchè un -Perdone usted Señora!, no la ví-...Entonces me dí cuenta de la profundidad y hermosura de esos ojos color mar que me observaban sorprendidos, pero que eran tan profundos y hermosos que me dejaron sin palabras...En fracción de segundos percibí su tristeza y aún cuando la lluvia me impedía una clara apreciación, me dí cuenta del rostro tan varonil que cobijaba esos hermosos ojos. Pómulos fuertes, quizás más por la tensión que reflejaban...su cabello largo, obscuro talvez por lo mojado. Me lució lo que se dice un hombre "de època", de esos Caballeros antiguos, los que uno imagina subidos en su blanco corcel a punto de rescatar a su damisela...Era un hombre joven. En fín, despuès de un breve momento y de una disculpa apenas perceptible por ambas partes, cada uno prosigió su camino. Pero algo me decía que no sería la ultima vez que vería a ese gallardo y apuesto joven que por circunstancias
del destino había tropezado conmigo...Algo que no tardó mucho en suceder...
Fuí esa misma tarde al correo, necesitaba recoger unos importantes documentos que estaban supuestos a llegar hacía varios días, pero no sè porque demonios se demoraban tanto!...Me enfrasquè en una ilógica discusión con el oficial encargado de la oficina de correo, cuestionándole la tardanza y èl aferrado a la eterna excusa de que "por estos días se hace más lento el funcionamiento del correo"...Pero eso mismo dicen siempre...En fín, resignada ya a que debería seguir esperando mis famosos documentos, me disponía a marcharme cuando observè aquel joven alto y apuesto, luciendo tan varonil y tan elegante por su estatura....Y sí que era alto, tomando en cuenta de que para el promedio de las mujeres yo tambièn lo soy...Al irse acercando sus ojos se posaron en los míos y reconocí aquella única y triste mirada, aquellos hermosos ojos de mar!. Me sonrió, pero continuó su camino, así que yo procedí a hacer lo propio. De pronto escuchè esa única y profunda voz...-Perdone usted, pero creo que nos habíamos visto antes, no sè porque al mirarla tuve esa impresión-...Solo acertè a decir
-Es cierto, fuí la del tropezón-, me sentí tonta por haber dicho ese comentario, pero por primera vez ví esa única y fabulosa sonrisa!...-Es cierto, ¿me disculpa, nuevamente?-. Me quedè entonces fija en su sonrisa y en esos carnosos y varoniles labios y pensè en ese instante "Dios, debe besar riquísimo!"...Al momento me avergonzè y se debió notar mi sonrojo porque sonrió con mayor gusto. Me comentó sobre lo molesto que era el que no parara de llover y todas las cosas que se había perdido de hacer en ese día y en los días pasados, que practicamente habían sido igual. Mientras me hablaba nos dirigíamos a la salida del correo...Yo solo pensaba en lo divino que se debería sentir estar entre aquellos fuertes brazos, sobre todo en un día tan frío como este...Y besar esa maravillosa boca...y perderme en esos tristes, pero hermosos ojos. Ya en la salida, procedí cortesmente a despedirme, èl hizo lo propio, mas cuando ya me iba me gritó -¿Tomarías un cafè conmigo?...Me volteè, no podía creer lo que escuchaba, solo sonreí y asentí con la cabeza.
Fuimos a una pequeña cafetería ubicada a la vuelta de la esquina, un lugar tranquilo, bastante íntimo, donde se respira por lo regular mucha Paz. Pero aunque hubiese sido en medio de un tumulto de voces y de ruidos, yo solo hubiese podido percibir ese profundo y hermoso sonido de su voz. En cuestión de minutos ya me estaba contando de su vida, yo no podía creer lo que decía, recièn separado de su mujer, quien le había sido infiel con su mejor Amigo...Por Dios!, pero ¿a quièn se le ocurre cambiar a un hombre como ese?, debía estar loca!. Tenía un hijo, al que apenas podía ver debido al resentimiento existente entre su ex mujer y èl y a que ella hacía todo lo posible por mantenerse alejada. Cuando me dí cuenta ya le estaba comentando yo mi vida a aquel atractivo, pero recièn conocido hombre, yo que soy tan reservada para eso, yo que apenas hablo de mí, mucho menos con extraños... Creo que pensè que estaba loca, pero èl me inspiraba total confianza, no sè porquè...Fijaba su mirada, esa hermosa mirada que me enternecía y enloquecía al mismo tiempo..Su rostro, ahora sereno, denotaba una gran madurez aún a pesar de la juventud que se adivinaba. Se acercó un poco a mí, pude percibir ese olor tan rico, pensè que no era colonia alguna, debía ser su olor particular. Yo soy buena para eso de las fragancias y adivino su nombre, pero èsta no, èl solo me daba la sensación de oler a noble hombría y eso me encantó!...Sus ojos, ahora chispeantes, recorrían mi rostro, viajaban por mi cuello y notaba sonrojada que se posaban en mis pechos. Yo usaba esa blusa roja que tanto me gusta y que todos dicen que queda a la medida del color de mi piel, algo bronceada...Siempre la traigo algo desabotonada porque no me gusta sentirme ahogada por nada...El volvía su mirada nuevamente a mis ojos y sonría picaramente...Desde mi lado, yo no lo perdía de vista y tambièn observaba sus ojos, su boca, sus fuertes brazos y esas varoniles manos que en un momento dado, con la excusa de que sintiera yo cuanto frío tenía, se acercaron a las mías, aprisionándolas por un instante, un maravilloso instante...
Sin darnos cuenta, ensimismados en tan agradable charla se nos fueron par de horas. Yo sabía que tenía que marchar, èl miró su reloj y maldijo el tiempo. Me pidió mi número telefónico, no lo pensè dos veces, què atrevida fuí!...Pero pensè "no me vá a llamar, solo lo hace por cortesía", mas estaba equivocada...Nos despedimos con un simple beso, pero posó sus labios muy cercanos a los míos, como timidamente pero anunciando lo dulces que habrían de ser sus besos...Nos despedimos y cada cual tomó rumbo diferente. Me fuí con esa sensación de alegría por tan delicioso encuentro pero con el temor de no volver a verlo...Què equivocada estaba, porque esa misma noche, mientras a solas, en mi cuarto, recordaba el incidente de ese día, sonó el telèfono...Me pidió vernos al otro día, en el mismo lugar y a la misma hora...Así lo hicimos por varios días...Día tras día aumentando aquellas sensaciones que ya no podíamos o no queríamos negar, ni detener. Me preocupaba el hecho de ser unos años mayor que èl, pero en pocos días èl logró que olvidara tal preocupación.
Hasta que llegó esa noche, esa noche maravillosa en que nos encontramos a solas en otro lugar, más íntimo...Esa noche donde comprendí que no importaba ya si eso continuaría o si fuè una maravillosa coincidencia de la vida al unir nuestros destinos...Esa noche que jamás olvidarè...Pero lo que sucedió esa noche es solo mío...así que...este es el final de la historia...no de la mía...la que les cuento a ustedes...porque la mía duró un buen tiempo...Y que conste, que nada de esto es mentira...
Es una historia muy linda, y muy basada en la realidad. Me senti muy identificada con tu historia