llegó la noche, silencio imposible, lamento de un perro no lejos de donde me hallaba. llegó el susurro de la memoria, la mañana fría, el dolor en la espalda, el amigo de la otra tarde, todo vino junto, mientras la noche llegaba, esperando que todo empezara a despertarse.
ya tarde, me vino un sentimiento, luego otro y otro como lluvia de granizo. cogí un libro, prendí la radio, puse un CD y escuché. era tan bella la tonada, vibrando en medio de sonidos imposibles de parar. caminé hacia la computadora y me puse a escribir cualquier cosa, cualquier vivencia que aún no terminaba de esfumarse. me gustó cuanto puse. era una historia cuando niño, estaba frente a frente a un señor de piel oscura y de dientes blancos, mientras una vieja cogía mis manos, llenándome de miedo con sus historias encendidas... tuve que parar ya que todo sonaba tan triste, así como la tonada del CD.
caminé en medio de mi jaula, como una bestia limitada. vi una mosca en el techo de mi cuarto. me puse a cazarla. cogí un periódico y me llené de rabia. la maté, quedando la mosca pegada en la pared... tuve la ilusión de algo bueno, de que todo en mi cuarto estaba limpio cuando alguien tocó la puerta.
me acerqué hasta ella y pegué mi oído. continuó sonando hasta que escuché los pasos de un ser que se alejaba. apagué las luces y seguí escuchando la tonada de la radio, del CD. me eché en mi cama y cuando estuve a punto de dormirme, sentí ganas de escribir, y escribí por el resto de la noche, noche santa, maldita para aquellos que tienen el alma navegando en la mar de los sueños...
no recuerdo si caí dormido sobre la PC, pero desperté pegado a mi mesa de escribir. levanté los ojos un poquito cuando la luz del nuevo día aguijoneaban mi visión, desinflando mi memoria y el resto de mis sueños y visiones... me levanté, bañé y me fui a laborar en medio de un día en donde nada parecía real, mas bien, la peor de todas mis pesadillas...
laboré hasta la noche, y en vez de irme a mi casa, me fui a mirar la noche estrellada, con su luna y su silencio imposible de callar... la escuché y me puse a meditar. fui feliz, un instante, solo un instante, nada mas...
san isidro, mayo de 2007