Cuando llegue a buenos Aires el dia 15 de febrero del 2005 me entero de tu muerte. Me acuerdo querido eduardo, siendo ninos jugabamos al futbol, destruyendo tu pequena quinta donde vos nunca te quejabas. Eras un trabajador incansable en una hilanderia de dia y de noche, humilde con corazon grande, como el de un leon. Esa companera tuya angelita que murio antes que vos, a quien amaste y te dejo solo ante los infames. Ninguno molestaba ni se metia en la vida del otro, solo con sus ideas propias sin pretender sacar alguna ventaja. Ese trabajo, donde te debian ese dinero que nunca cobraste y que nunca te quejaste. Aquellos miserables que nunca te valoraron y ahora lloran tu muerte. Eras aquel tipo que no existe actualmente, solo existen los charlatanes de turno, que creen que mintiendo siempre van a cagar a la gente. Eras generoso, desinteresado, siempre haciendo favores sin pedir nada a cambio. Desgraciadamente al no tener hijos, te encontraste con llorones de siempre, los ventajeros, que no le sacan ventaja al malvado o aquel que conoce bien la calle y sus traiciones. porque saben que alli pierden. sino al bueno de corazon, Alguien dijo: el bueno se vuelve malo cuando los miserables los quisieron cagar. Es cierto eso como que existe dios. Como aquellos que no nunca quieren ver mas alla de las estrellas de los q ojos puedan ver parafraseando a Hamlet de Willian shakeaspeare. La vida desgraciadamente te llevo, se que no sufriste dios te dio esa gratitud. Para aquellos que te llevaron el dinero con el sudor de tu frente, espero que la vida misma se les vuelva encima. Cuan miserables son, los buitres de siempre comiendo de la carrona y los despojos materiales. Vos sabes que al bueno lo cagan todos: despues el rezo idiota o la confesion ante un cura para sentirme mejor y no modificar la conducta despreciable humana. La vida es asi, cuando se vivio y el dolor calo tan profundo en el corazon, dejo despues una coraza dificil de penetrar solo se conoce cuando uno apoya la cabeza en la almohada y desea volver a ser nino para ser feliz con las tonterias de esta vida.