estoy ciego, me dijo mi amigo... leeme tus poemas que alimentan el alma... asentí... leí uno, luego otro y otro hasta quedarme sin garganta... me voy, le dije, tengo que ver a mi madre... anda no mas, respondió...
me fui y dentro de mi alma sentí pesar al saber que día a día deshojaba su tiempo al querído amigo... pero, es así la vida... todo pasa y pasa tan rápido...
llegué a mi casa y saludé a mi madre... salí con el perro a pasear y sentí que algo estaba hermoso... mi alma empezaba a declamar un poema...
"viejo de lugares albos
bajas y subes por senderos alegres
quieres buscar lo inmortal
cuando naces con el
en tu alma
y mientras pasa el tiempo
se abren sus ojos
hasta ver un solo lugar
una sola luz
un solo amor..."
sonreí y miré al cielo
y sentí que los ojos ciegos de mi amigo, me observaban como todo el tiempo en que compartíamos poemas...