Ese día tendría que ir a el mercado, a hablar con unos amigos y luego a vernos...
No había notado nada extraño en su conducta, los besos eran los mismos, sus caricias y la mismas se perdían como siempre hasta que las manos parecían sacar chispas en nuestra piel, la vida era un poco mas sencilla cuando nos encontrabamos, salvo las peleas ocasionales que siempre se terminaban con un beso, nada era anormal.
Pero no me vas a creer, me llama y nos encontramos en la plaza del centro, luego me dice: te amo, tu lo sabes, es dificil de explicar pero me tengo que ir y no voy a regresar.
y yo le digo, qué pasa explicame,cómo vas a terminar con migo de esta manera y me dejas aqui como si nada, como si cada sonrisa no hubiese sido suficiente.
Es algo que no te puedo explicar, vive, sigue, no te detengas por mi estupidez, por mi no sería justo.
Esto es lo que no es justo. Me dejas, me dejas.
Salió una lágrima...
La gente nos miraba, estaba nublado.
Me duele como nada me ha dolido, son demasiadas cosas, mucho ruido alto, cosas que se parten, imágenes borrosas de un todo.
Esa estupidez confusa que me dices, ¿es una maldita explicación?, disculpa, son las ultimas palabras que te digo y solo digo unas baratas, yo también te amo, te he dado mucho, que mas quieres, que te baje una piedra lunar o que termine de contar las estrellas sin ti.
Me acerqué y le di un beso, me fui sin mirar atrás...
-Pero escuché- detente, y corrió hacia mi y nos abrazamos y sentí ese calor de su cuerpo, su temperatura perfecta, pensé que nunca se iría.
Duele tanto que ahoga, ojala y nunca se me olvide tu sonrisa perfecta, tus rabietas y tu pasión por vivir, ojala y nunca pierda tu olor y que exista otra vida para verte.
Existe esta le dije.
En esta no pude amarte más.
Pero te vas.
Y se fue, no lloré, no pude, dolía demasiado, esa es la despedida.