Esta historia pasó este mismo año.
El que quiera entender que entienda…

Había una joven llamada estrella, era de una ciudad española, estudiaba diseño de modas, carrera la cual esta muy saturada en ese país.
Un día por cuestión del destino, se le ocurrió entrar a un Chat, en el cual conoció a un hombre de otro país, un estadounidense llamado Joe, un escritor frustrado ya que no había podido realizar nada de lo que soñó para su vida, en realidad el mismo se lo truncaba por una enfermedad mental que poseía, cosa que ella descubrió mucho tiempo después…
Él era mayor que ella, lo cual eso le encantaba a estrella; con el tiempo se fuero haciendo amigos, después ciber novios, empezaron a llamarse por teléfono, las cuales se hacían mas constantes. Hasta que llegó el día esperado para ambos… y por fin se vieron.
El viajó cruzando un océano para conocerla, solo que con un plan desconocido.
Al tenerla frente, el corrió y le dio un fuerte abrazo diciéndole: no sabes cuanto había anhelado este momento, te amo estrella. Ella sin embargo no respondió nada, ni siquiera el abrazo correspondió ya que estaba confundida, no sabia si en verdad sentía algo o era un simple espejismo, cosa que el cambiaba, haciéndola sentir la mas dichosa del continente, pero a su vez, repentinamente el se enfurecía a causa de unos celos enfermizos, al grado de maltratarla psicológicamente. Pero eso a ella no le importaba, no interesaba nada de lo malo de el, solo veía lo bueno, y le ayudaba a mas no poder, aun a pesar de la distancia.
Al día siguiente el se marchó solo jurándole que estarían juntos de nuevo y regresaría en su cumpleaños, el cual faltaban tan solo 2 meses. Estrella no comprendía por que había volado tantas horas para solo estar un día junto a ella, pero lo acepto un tanto enfadada, pero al fin y al cabo resignadamente.

-pero no termina en final feliz-

El muy hijo de puta la botó cual vil papel que después de horas de intentar poner a trabajar su atrofiada y descarriada mentecita, no lograba escribir nada. El muy cobarde solo le dejó de hablar y se le negaba a sus llamadas sin ninguna razón aparente, pero si lo había, era otra mujer. Y lo peor para el orgullo de cualquier mujer, Joe se había enamorado de una prostituta de su país.

El día del cumpleaños de estrella llegó. Un viernes 13 de octubre para ser exactos, lo k mucho creen de mala suerte, para ella era todo lo contrario, ya que volvería a ver a su amado, solo k el nunca apareció,
Ella en el fondo, tal vez muy estúpidamente, tenía la esperanza de que llegara y le pidiera perdón, lo cual ella aceptaría, ya que decía que en el amor no había utopías ni entendía las ironías. Pero no más.
No pudo aguantar más. Tenía un historial de cumpleaños devastadores y decepciones, los cuales la hundían por un tiempo mas largo en grandes depresiones, las cuales le hacían pensar que el amor no se había inventado para ella. Parecía que la vida se ensañaba con ella, arrebatándole lo bueno, siempre haciéndolo fugaz cual oasis (espejismo) en un desierto, pero, si la misma vida es un instante… fue un murmullo que escuchó de una voz de hombre ronca, aguardentosa diría yo.

Pasó un mes y se llegaba el cumpleaños de aquel gabacho. (los cuales en España tenían una muuy mala reputación, aunque ella había pasado 2 años de su infancia es ese país, su abuelo siempre le decía, que la mayoría no eran buenas personas, sin saber una razón aparente, parecía odiarlos)
Entonces apareció la oportunidad prefecta de arreglar todo o de que se deleitara con la venganza, un paseo k organizaba su escuela; y lo mejor es que coincidía con el día del cumpleaños de Joe.
Aquel día, ya ubicada el aquel país que le traía múltiples recuerdos, se separó del grupo y se dispuso a buscarlo… y lo encontró.

Pero entonces ella no sintió más que coraje y rabia, pero repentinamente perdió el sentido y sintió una paz enorme, y un alivio sin igual.
Cuando abrió los ojos estaba en un bello panorama verde con rojo, cual campo de amapolas.

Solo que aquello no eran flores.
Eran partes del cuerpo de Joe que ella misma había despedazado con una hoz que según recuerda, un tipo desconocido pero que le parecía apuesto le había proporcionado segundos antes, tan solo apareció y se la dio diciéndole al oído en voz baja, vé y hazlo, lo merece.

Giró unas cuantas veces, primero desprendiendo su hasta ese momento hipocondríaca cabeza, después partiendo en 2 su torso. Para continuar golpeando y desgarrando con su nueva arma cual niño con juguete nuevo.
Al darse cuenta de lo sucedido volvió a ver a aquel misterioso hombre que le proporcionó su instrumento de la ejecución, de ahí provenía la voz que le susurraba al oído. Entonces éste, posó una mano en el hombro de estrella y el susto k la embargaba se fue inmediatamente, cuando éste volteó al cielo e instantáneamente se soltó una tempestad, la cual arrasó con las partes de Joe. Estrella se inclinó a recoger la cabeza k al rodar, había golpeado a sus pies y la llevó a su hotel cubriéndola con su saco.
Ya en su habitación, aquel hombre que la ayudaba ahora, casi mágicamente, apareció traspasando la puerta, traía con sigo un martillo, con el cual ella empezó a golpear la cabeza de Joe, hasta hacer pedazos tan pequeños que se pudieran ir por el escusado, tan solo conservó su boca, guardándola en su maleta sin ninguna razón. Cuando le dice el hombre, ahora duerme hija, este regalo compensará todos, y recuerda que nunca te abandonaré, cuando se ve que irradia una luz blanca fuertísima, tanto que estrella tiene que cerrar los ojos.

Sábado 14 de octubre, del 2005, 7:00 a.m.:
Suena una alarma
Ohh, que raro sueño tuve, se dice a si misma estrella, cuando se levanta y ve el periódico. En las noticias internacionales estaba la foto de Joe en primera página. La noticia: hombre norteamericano de casi 30 años de edad desaparecido hace meses en su país, cruza el océano y llega a España.
Estrella cayó de rodillas y siguió leyendo:
El ciudadano nunca había salido de su país de origen, ni siquiera de su estado, y fue identificado por trozo descubierto por un bañista aquí en España, que al parecer era un labio, la asesina ya fue encarcelada, una prostituta estadounidense que decía que dios se lo pidió.