¨El misterio de la torre”
En una época de dragones, reyes y magia, en un castillo vivía un joven príncipe, que reinaba junto a su padre en los reinos de Soder. En este castillo vivía también una vigía que habitaba únicamente en la torre más alta, bella, rara, misteriosa y oscura del castillo, su nombre era Magda que precisamente significaba: La guardiana de la torre.
Esto siempre había ocurrido así, porque desde los tiempos antes del tiempo siempre habían existido reyes en el castillo y vigías mujeres en la torre. Las reinas siempre morían jóvenes en el parto trayendo al mundo hermosos y fuertes varones, futuros reyes de Soder, y las vigías siempre alumbraban encantadoras muchachas, y nadie sabia cómo, porque ningún varón había entrado en la torre por los siglos de los siglos.
Un día la joven vigía vio al príncipe relajándose en el lago del castillo y sus ojos despertaron el verdadero amor.
Todos los días pensaba en su torso blanco y torneado al reflejo de la luz del sol, ella sabía que ninguna vigía se había enamorado jamás y mucho menos de un príncipe. Pues su misión en la vida era únicamente proteger un pequeño cofre dorado con unas pequeñas siglas en su parte superior.
Por los tiempos de los tiempos toda vigía sabia dos cosas: que su existencia era corta si dejaba que alguien entrara en la torre, su cuerpo se desvanecería convirtiéndose su suave y blanca piel en los duros y oscuros bloques que componían la torre, haciéndola cada vez mas alta, mas bella, rara, misteriosa y oscura y que aquel cuyo nombre registrara el cofre haría libre a la torre y a su guardián. Pero nunca nadie supo con anterioridad el tesoro que todos los reyes guardaban en el maravilloso cofrecito.
Las vigías escogían a sus diosas protectoras y Magda había elegido a la diosa egipcia Isis, que protegía también al príncipe Stefan. Magda escoge a Isis porque la última reina que habitó el castillo se llamaba Isis y al morir, su alma fue elegida para guiar a los vivos ya que había sido la mejor reina de todos los tiempos.
Un 18 de abril Magda fue a ver a su amado, pero todo fue al revés, el se enamoró de ella y todas las noches iba a verla, y la encontraba ahí parada en la vieja torre.
Una noche Stefan subió a la torre; los jóvenes se pidieron sus almas, se besaron sus labios, y se tocaron sus sombras. Magda quedó embarazada.
En un último intento por salvar la vida de Magda, la de su hijo y el amor que se profesaban, Stefan aceptó tomar el cofre en sus manos, aun cuando el miedo no lo dejaba apenas recordar su propio nombre, FETANS, qué querrían decir aquellas letras, todas las batallas juntas de sus antepasados no habían requerido tanta desesperación, - ¡Magda amor mío, FETANS, no recuerdas nada sobre esta palabra! - ... Stefan, Stefan.
Sin proponérselo, casi por inercia sus dedos movieron las anillas impresas y ordenaron la palabra, Stefan, era su propio nombre.El cofre se abrió y dentro había un anillo de oro con una Agua Marina.
En aquel momento tan difícil de aquellos dos jóvenes, bajó una luz del cielo, era Isis.
Magda ya tenía sus bellos brazos y sus fuertes piernas del color gris y se estaban poniendo ásperos; su tronco ya era frío, duro y rugoso, ya tenía su tronco convertido en una rara roca y le faltaba solamente su hermosa cabellera rubia, sus ojos claros, sus labios finos y rosados, sus orejitas y su pequeña nariz por convertirse en piedra. Solo podía ver, hablar suave y lento; respirar y oír. En eso se detuvo la maldición.
Stefan y Magda huyeron con ayuda de los soldados de la puerta trasera del castillo, pero Ogrin [el consejero del rey] los vio huyendo.
El rey Federico los encontró sin ningún problema ya que Ogrin los había seguido hasta su escondite en el bosque. Stefan se fue con su padre pero le dejó a Magda el anillo.
Todos los días Magda se acordaba de Stefan y miraba aquel anillo. Una noche Magda vio en la piedra Agua Marina muchos rostros de reyes que habían gobernado en Soder; el último rostro era el de su amado príncipe.
Stefan intentó escaparse de Ogrin y del palacio, pues estaba como prisionero y quería regresar con su amada. Pero no lo logró. Así lo intentó varias veces.
A Magda se le presentan los dolores del parto y su amor no estaba allí, la que estaba era Isis, pero así todo Magda sabía que ese era su fin; ya que todas las reinas y las futuras reinas morían en el parto. Fue un milagro que Magda no muriera, tal vez porque había sido vigía pero eso no explicaba absolutamente nada porque al ser novia del príncipe iba a ser en el futuro una reina.
La vigía comenzó a investigar sobre su parto, sobre el anillo y así pudo saber lo que nadie supo en años.
El secreto era que toda reina o futura reina que se pusiera el anillo en el momento del parto no moría, al contrario, vivía 10 años más que lo que duraría si no saliera embarazada.
El rey comprendió el amor que sentían los muchachos, por Isis su mujer que siguió guiando a los vivos. Ogrin fue despedido y contrataron a otro consejero más noble, gentil y más amable con las personas. Stefan y Magda criaron muy bien a su bebé y tuvieron una boda espectacular gracias a Federico que aceptó el noviazgo. El rey se lleno de historias y la pareja vivió feliz para siempre.