Hoy me dió por ir a misa. Hacía un tiempito que no iba, siempre por alguna razón u otra.
Mas hoy…..sentí el aquel de prepararme he ir, sería por el hecho de cierta noticia que me enteré que afectaron mi animo, penetraron profundamente en mi. Quizás. De cualquier razón, fuí. Y para mi sorpresa mi iglesia estaba vestida de gala. Se celebraba el día de la virgen de Colombia, y estaban los colombianos de la comunidad y de otras parroquias de lo mas chochos, como dice mi amiga la argentina.
El padre que auspició la misa es dominicano, parece que los colombianos se fueron a Colombia a celebrar el día. Aun así, éste Padre hizo un buen trabajo con el sermón. Habló de el hambre de un pueblo que engendra la maldad de aquellos que comen, como se pretende dejar en desolación a un pueblo para así tener mayor dominio por esos con poderes. Al final tremenda ovación que tuvo.
Pero, Papa Dios, no se si te diste cuenta que me sentía un poco inquieta. Mientras oía el sermón cientos de preguntas visitaron mi mente, y algunas te las presente. Si, creo que fue por la noticia de muerte de ciertos inocentes que solo luchaban por lo que tu nos has dado; LIBERTAD.
Se que te cuestioné y eso en mente de algunas personas es un pecado, pero yo no lo creo así. Los niños aprenden preguntando. Les preguntan a sus padres de todo según van creciendo, y en ocasiones, dudan, cuestionan, y los padres tienen que vestirse de paciencia para dar las contestaciones. Entonces, ¿en dónde esta mi pecado en preguntarte lo que mi alma cuestiona?, si yo soy tu hija y tu eres el Padre Supremo.
No es ni será en forma de faltar el respeto. Tu sabes antes que yo lo que alberga en mi corazón, lo que mi alma siente, y lo preguntona que soy, (alguien debe de estar sonriendo y diciendo....mira que si es preguntona), pero, si no pregunto, ¿cómo voy a saber, cómo voy a aprender? Lo hago por que me interesa y en este caso, por que me ha tocado profundo.
Cada día, cada año se va en oraciones, en esperanzas, en ilusiones de que haya una paz mundial. Que hombres y mujeres dejen de morir. Que los niños dejen de ser huérfanos, que las madres no tengan que vivir para enterrar a sus hijos. Por todo esto pedimos, oramos, rezamos, mandamos promesas, y no sé, pero me está a mí que las cosas se están empeorando, o se arreglan un poco en alguna parte del mundo para ponerse peor en otras. Es como que hemos caído en un círculo vicioso y no sabemos, o no queremos salir de el. ¿Qué será, Papa Dios? ¿Qué motivos tú tendrás para dejar que todo esto suceda? Se que hay mensajes que tú nos has dejado de cómo debemos comportarnos, pero a través de los milenios tú has visto lo cabeciduros que somos, tal parece que no vamos a aprender. Estoy segura que de esto hace tiempo que te has dado cuenta, que no lo apruebas y que quizás estes hasta disgustadísimo y decepcionado con nosotros. Más si es así, me pregunto….¿porqué no haces como el padre que al acabársele la paciencia, se levanta y pone en cintura a todos los hijos? ¿Hasta cuándo seguiremos al paso que vamos? ¿Hasta cuándo seguiremos enterrando a inocentes? ¿Hasta cuándo seguirá caminando por la faz de la tierra monstruos humanos que por unas monedas le quitan la vida a cualquiera?
Y no me digas que me ponga a rezar, eso he hecho desde que tengo uso de razón al igual que hacen millones de semejantes.
¿Dónde te encontrabas cuando a una niña de cinco años era ultrajada? ¿Qué hacías cuando alguien decidió amarrarse una bomba en su cuerpo y hacerla detonar en medio de una masa humana pública? ¿Qué pasó que no oistes los llantos y lamentos de una madre pidiéndote que le salvara a su hijo que era siendo arrastrado por la corriente? ¿Por qué no interviniste cuándo vistes al hombre abusar de su mujer, de sus hijos o de un animal?
Papa Dios, tu dirás que nos distes libre albedrío, y yo pregunto…¿Por qué? Ni un padre le da completa libertad a su hijo, ¿Por qué, tú siendo nuestro Padre Máximo, nos has dado tanta?
Creo que ahí te equivocaste con nosotros.
Con todo el mayor respeto queda,
Una de tus hijas.