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El transatlántico de seismil plazas por camarote BRUTANIC había zarpado del puerto de Harbour, Amarillo (Colorado). Cerca de New Jersey (Cuello Alto).
Jamás se había armado una canoa tan grande. El crucero se estaba desarrollando con normalidad. Navegaba por una mar de estatura mediana, toda en calma chicha, hasta que llegaron a la alta mar. Allí se toparon con una tempestad de dimensiones cuasi bíblicas.
El Brutanic se fue al carallo. (Prefiero no andar con rodeos).
DÍA UNO
Sólo se salvó un aristócrata de Minnesota (Caballo y Rey). Era Bobinsón Crustáceo. Agarrado a una tabla de salvación que llevaba un clavo ardiendo, dio con sus huesos en una playa.
Estuvo inconsciente hasta que volvió en sí. Curiosamente, pese a estar a la deriva solo dos jornadas, su barba y sus cabellos crecieron más de un palmo.
DÍA TERCERO
Bobinsón estaba en una isla desierta.
DÍA CUATRERO
Seguía allí. (Homenaje a Augusto Monterroso)
DÍA CINCOAGÉSIMO
El náufrago se iba desnutriendo a base de algas y cangrejos. Digamos que no precisaba ir al lavabo con mucha frecuencia.
DÍA SEISABO
Bobinsón se fue para la parte selvática del islótico lugar con la intención de cazar algo más sólido, puesto que ya tenía los intestinos como serpentinas. Y en ello estaba cuando de pronto oyó un crujir de rama seca. Pensó que sería alguna alimaña y se alertó asiendo con decisión un arpón de caña que se hiciera él mismo.
Anduvió agachado hacia el origen del ruido y apartando las enmarañadas lianas se llevó la gran sorpresa: Había un tío haciendo sus necesidades de mayor grosor al pie de un cocotero. (Qué envidia). Este sujeto come bien, pensó.
Como todavía le quedaba algo de educación, esperó mirando hacia otro lado a que el individuo acabara de aliviarse, y cuando ya hubo resuelto, se acercó a él y blandiendo su arma le gritó:
-Eh! !Arriba las manos! !Yo te confisco y te hago mi subordinado! Siempre quise tener un lacayo negro...
El negro se quedó alucinado con la boca abierta y ligándose los calzones.
Boninsón continuó:
-A ver, a ver, qué hora es...
Miró al cielo y dijo:
-Mediodía. Así pues, te llamarás Viernes.
El otro se repuso de la sorpresa y con agilidad felina apartó de un colpe la lanza con el antebrazo izquierdo, dándole seguidamente un sopapo con la mano derecha bien abierta.
Bobinsón se cayó de bruces (emulando a Bruces Lee). Viernes le arrebató la caña y se la puso en el cuello diciendo con sorna:
-Bueno, ahora ¿qué?. Las cosas estan así. Yo me llamo N´golo y tú te vas a llamar....¿cual día es hoy...?
Se acercó a un árbol en el que tenía marcadas unas muescas y siguió:
Hoy es sábado, por lo tanto, tu nombre será Marzo.
-¿No sería más humano Julio, por ejemplo?- imploró Bobin.
-Nada, nada, Marzo y ya está.
Viernes ató las manos de su rehén y lo condujo a una cabaña en la ribera de un caudaloso río.
-!La Virgen Santa, qué pedazo de río!- exclamó Bobin
-Sí, es mío y le he puesto Amasonas. Toda la isla es mía.- dijo Viernes orgulloso- Porque yo soy un tío muy importante. Me lo monto como quiero, soy el fundador, gerente, administrador, director, presidente y socio honorífico de mi propia sociedad.
-Vaya nunca pensé conocer en persona al creador de una famosa Logia Amasónica.- dijo Bobin.
-Pues aquí me tienes, pringadillo descolorido.
DÍA NOSEQUÉ
Ya se habían hecho de confianza.
Viernes era muy habilidoso y pasaba de árbol a árbol y de monte a monte colgándose de lianas y gritando algo parecido a un canto tirolés. Bobin intentó emularlo para no ser menos, se agarró a unos vegetales y se lanzó tras su colega. El berrido que pegó, se pudo oir en Alaska.
Una vez en el suelo, Bobin tenía las manos y el pecho en carne viva. Viernes se retorcía de risa.
-Caramba, Bobin, si te tienes que tirar, hazlo con las lianas, no con los zarzales. Hombre blanco ser tonto de pelotas. No conocer botánica.-Y seguía riendo a lágrima tendida.
DÍA TAL O CUAL
Bobin ya se había curado. Viernes le había hecho unos emplastos de estiércol de cebú, que una vez mascados se aplican con una hoja de palmera en la herida y es como mano de santo, aunque por el olor nadie diría que se tratara de la mano.
DÍA BUENO QUÉ MÁS DA
Estaban empezando a hartarse. Construyeron una balsa con cañas y se hicieron a la mar.
-Yo te prometo, amigo Viernes, que si llegamos a buen puerto, te daré un empleo cojonudo en una de mis empresas y nunca te ha de faltar nada.
-Bueno, ya veremos, que del dicho al hecho..
-Que sí, hombre, que tú me has salvado la vida muchas veces y eso no se olvida.
DÍA NI SE SABE
Estaban tirados en la balsa. Se terminaba el agua. La comida ya no recordaban lo que era. Chupaban por turnos la lengüeta de un botín gastado. (Menudo botín). Ya se veían en el otro mundo más que en este.
DÍA ÚLTIMO YA ERA HORA
Una madrugada por la mañana, aún por llegar las luces del alba, encallaron en las rocas de Algeciras. Tenían los ojos hinchados como los mofletes de Louis Armstrong. A trompicones tomaron tierra y se arrastraron playa adentro. Era enorme. Vieron unos pies de ducha al principio de la arena y !oh, albricias! tenían agua. Se ducharon y bebieron como dos enajenados locos.
Después también divisaron unas papeleras. Rebuscando en ellas, encontraron restos de patatas, ganchitos y trozos de sandwiches(que se llaman sand porque están llenos de arena) y se comieron hasta los envoltorios.
EL MISMO DÍA UN RATO DESPUÉS
Estaban hartos y satisfechos cuando oyeron llegar a alguien. Ya casi empezaba a salir el sol. Ellos saltaron y gritaron para ser vistos. Y los vieron.
Cuatro hombres vestidos de verde corrían vociferando: !Alto, alto, no se muevan!.
DÍA DE HOY
Ni Viernes ni Bobin sabían español, ni llevaban documentación. Viernes era negro y Bobin era un ser hiper barbado, melenudo y piojoso. Los dos tenían los ojos como si se hubiesen fumado medio kilo de chocolate del moro.
Así que ahí los tenemos en comisaría esperando ser identificados.
Un sargento de la Guardia Civil comentaba a otro por lo bajini:
-Joé, quiyo, no me pensaba yo que entoavía quedaran jipis...
THE END
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Olle tio, para escribir hay que tener primero que todo gusto, el tuyo esta enfermo y de gravedad. Cuidese y vaya al medico urgente.