Dalila era la mujer más bella, su tez morena brillaba con luz propia, sus ojos verdes irradiaban pasión, era un alma indomable, estaba llena de vida, esa vida que a él cautivaría.
Una mañana, Dalila, fué de caza. Estando en el bosque, un mercenario con sus hombres la divisaron, éste quedó prendado de Dalila y ordeno su captura.
Dalila al encontrarse rodeada, salto a un árbol y desde este se lanzó al río, por el que nadó corriente abajo, hasta alejarse de ellos.
Neus, ordeno a sus secuaces, no parar hasta encontrarla, su vida se paralizó en el momento en el que la vió, y no volvería a seguir su camino hasta que Dalila fuese suya.
De esto pasaron varios meses, y Dalila confiada, una mañana marchó al bosque, a cazar, y nunca volvió.
Cuenta la leyenda, que Neus la cazó, igual que si fuera un cervatillo, que juntos recorren los bosques, que su amor llegó a tanto que se volvieron inmortales, y que aún hoy todavía se les puede ver entre los árboles prodigandose amor.