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embustia

Embustia

Embustia siempre fue una ciudad rara, el paraíso taimado, un oasis de falacias y el infierno de los que no pueden mentir.

Cuando intenté contarle al primero que se cruzó, lo que había vivido en la ciudad mentira. casi todo se escapó de mi memoria, simplemente se esfumó. Haré fuerzas por seguir recordando lo que pude ver en ese lugar mentiroso y falso. pero por ahora, solo recuerdo a un extraño personaje, Nadie me lo hará olvidar. perdón amigo.

Porque Don Nadie es un tipo del todo bueno, sincero y leal, Nadie puede querer a todos, y no odiar.
Nadie es realmente capaz de lograr todo lo que se proponga, sin ayuda alguna.
Nadie se atreve a enfrentar la soledad y el desencanto, el sufrimiento y el dolor. porque Nadie, es mas fuerte cuanto más dura es la pelea, aun teniendo a todos en contra.

Pero Nadie nunca esta harto del todo. aunque digan que fue él, y todos somos su problema, igual, de todas formas Nadie se hace cargo, Nadie es tan bueno como cree y siempre consigue demostrarlo, además Nadie se levanta bien todos los días, y sobre todo Nadie es perfecto.
Que bueno que Nadie sepa, tanto. que, así. Nadie podría dirigir los destinos de cualquier nación que se precie de tal. porque según se cree Nadie nació sabiendo, Nadie sabe todo, y se caracteriza porque, Nadie dice todo lo que sabe.

Si Nadie se entera de lo mal que esta la gente, capaz que Nadie pueda solucionarlo, quizás a Nadie le importe, pero Nadie debe saber que se trata a esta altura. intuyo.

No sé ni como ni donde conocí a Nadie, pero tampoco creo que llegue a conocer a alguien del todo.
Cuando recuerde más. seguiré contando, Nadie se olvida de lo que no quiere y yo no me olvido de Nadie.
Nadie te dice su verdadero nombre en Embustía, pero los demás temen morir por desacato, mienten los Juanes, y dicen, o son asquerosamente inducidos a llamarse Pedro, entonces, el tipo podría llamarse. y así es en “verdad”.

Augusto, digamos, que es un nombre de difícil referencia, y en mi opinión, disculpando a todos los tocayos, la elección del “régimen”, no esta tan desacertada, “como que hay pocos Augustos”, y encima suena a sabor (suelo hacer estas estúpidas asociaciones)
Augusto nunca haría eso, cualquier tipo de razonamiento, para él, debe ser concreto, real, y para mi gusto, "aburridísimo", pero Augusto es así. y no lo vamos a poder cambiar. sobre todo por su inexistencia físico-histórica (es solo un personaje embustiano), y porque. es extremadamente conservador. un ser imaginario, cotidiano e infeliz.

Comencemos por determinar el aspecto físico de este señor. obviamente, no puede ser ni gordo ni muy flaco, porque serian estereotipos para otros personajes, nunca para alguien "armonioso" como él; sobrio en el vestir, aseado y pulcramente parecido a otros tantos Augustos (úsese como adjetivo) Tampoco debe ser muy alto, porque tendría que contar la historia de un jugador de básquet. o de volley. (En un ataque de originalidad estética). y si fuese petisito o enano, correspondería hablar de circos, mirones o comediantes. y justamente Augusto no encaja en el papel del típico protagonista. mas bien da para el rol de un simple actor de reparto (extra no. jamás.
Vestido para cada ocasión y sin desentonar, este buen hombre, clon de otros miles, abriría los ojos antes de las siete de la mañana. no voy a detenerme en cada acto rutinario del hombre, en cada operación "vital", porque talvez dejasen de leer este relato ahora mismo, al recordar sus propias existencias (que por cierto, s mejor que pueden hacer, abandonar esta lectura de inmediato).
Como aliciente, tengo el deber de comentarles que los Augustos son imprescindibles, de hecho cualquier sociedad que se precie de tal, tiene que, inevitablemente albergar a estos tipitos. Embustia los necesita realmente, son, la "opinión publica", el famoso hombre promedio (no sé que promedian, pero son esos tópicos repetidos e inconsistentes de los medios embustianos)
Un tipo así "tiene" que ser oficinista, y si es en una oficina del estado mejor. el estado, ama a los Augustos, es mas, ha creado una cláusula que impide echarlos, (pero esa verdad evidentemente no la comentan), porque los deben considerar muy útiles, ellos son los pilares, del tan mentado statu quo. o que las cosas sigan como están. bien no. estables, mentirosas, y mal.
Cepillos de dientes, cerveza sin alcohol o vino barato, caja de ahorro, examen de orina, aniversarios, camisa celeste, fútbol, traición, moralina, mayonesa, escarapelas, buenas tardes, y muchos Augustos con poco gusto.
Ahora supongamos que un día esta "figurita fácil" decide mandar todo al carajo, dejar de sonreír cuando conviene y callarse cuando hablar lo perjudicaría, exigir el aumento que realmente merece, decirle a su esposa que en realidad hace años que dejo de quererla, y a sus hijos. que los quiere, que los ama en verdad, ah! y a su amante que no es nada mas que eso, despide a varios "amigos " hasta nunca, y para darle el toque fílmico a la cuestión, comienza a caminar, solitario y pensativo por una calle del centro. embustiano
En este punto de mi flojo relato, muchos esperan que suicide a mi querido personaje. que le dedique el destino de los mediocres, que lo mate a sangre fría y por la espalda, algo complicado para un suicidio. y los mas "optimistas", me gritarían, que realmente deje de ser lo que era y se transforme en un nuevo hombre, ese que el quiere, el y su destino. pero claro que me estoy olvidando de la opinión publica construida por sus compañeros Augustos. -convendría que este "hombre de bien" diera marcha atrás en su estúpida rebeldía-me dirían miles y miles de ellos-quizás con la razón normal de un mundo de sinrazones.
Pero yo ya no puedo hacer nada por él, ahora Augusto es artífice de su propio destino, y no va a detenerse para hablar conmigo.
Porque llega tarde a la oficina.

Es difícil olvidar, lo que uno mas desea no recordar, esto podría ser una gran mentira, una farsa total. pero después de mi experiencia embustiana tengo mis serias dudas de la verdad. y de la mentira. Augusto era demasiado real.

Sigo recordando lentamente y con esfuerzo, mis días (quizás fueron segundos) en Embustia, la realidad desfragmentada en todas sus formas, todo lo que conocemos, desvirtuado y sin posibilidades de comprensión, obviamente, si uno lo mira desde aquí. Porque sin embargo, “dentro” de Embustia, todo adquiría un significado extremo y veraz. No conocí a Nadie, creí haberlo logrado, pero a Nadie jamás se lo llega a desnudar del todo y menos en cuanto a sentimientos. también me cansé de cruzarme con Augustos, pululaban como moscas (¿será que solo las moscas pululan?), Solo ellos me hacían recordar estas tierras. y dudaba en volver. acá también hay gente así, lamentablemente, ellos deben ser universales.

La mentira, el concepto de contra-verdad, perdía la validez que “creo”, tiene en nuestra sociedad, decir la verdad era mentir, si, sonará raro, pero a diferencia de nosotros, que mentimos sin castigos aparentes, los embustianos eran muy rígidos en cuanto a disciplina social, decir la verdad, podía llevarlos a la muerte o el cadalso, y será por eso, talvez, que vivían en un sano y mentiroso clima.
Conocí a muchos de ellos, pero mi triunfo, intuyo, fue acercarme a los ilegales, los embustianos subversivos, los que desde la clandestinidad aclamaban que existe el día y la noche, y eso, era casi una declaración de guerra, ningún ciudadano decente osaría desestabilizar un sistema que (decían los civiles “normales”) tanto les había costado lograr.
Por el tema de la hora murieron muchos, me dijo Lucas, mientras sacaba un documente sucio y viejo, mostrándome que efectivamente era quien decía ser. Les costo acostumbrar a las ovejitas a mentir, es increíble, los primeros asesinados se equivocaban, se olvidaban. que hora tenés, le preguntaban inofensivos transeúntes de la inteligencia de este puto régimen, y los gíles caían, son las seis, uh. los mataban como perros y les mandaban a sus familias, una postal de un lugar turístico. Así fueron alimentando la mentira y tengo miedo de que seamos su próxima cena si me permitís este lugar común, exclamó.
La resistencia era sincera, luchaban los pocos que quedaron, jugándose la vida por no mentir. Pude ver un poquito de esa rebelión, lo que Lucas me dejo, pues un día se paro frente mí y categórico anunció, se acabaron tus vacaciones, ya podes volver con ellos, te van a resultar más interesantes, más exóticos, vos sos de los nuestros, pero también tenés un poco de ellos, y no quiero correr mas riesgos, así que tómatelas.

Y me fui.

La ciudad era un caos para la razón de un pobre “burgués racional”, estaba todo dado vuelta, el idioma, como lo conocemos, palabra-significado, era en Embustia lo que será para seres de otro planeta, nuestro “ vocabulario”.

El primer inconveniente que recuerdo, ya con mas claridad (aunque sea algo “oscuro”), es una simple parada en un kiosco a comprar cigarrillos, y supuse que siendo el vicio rey, también los embustianos deberían padecerlo, al razonar, comprendí que seria imposible encontrar Camelo (el que más me gustaba), sobre todo por desconocer sus marcas y porque además, no tenía certeza alguna de que fumaran, pero el vicio pudo mas y me mande ¿Tiene cigarrillos? Le pregunté. e instantáneamente adivine en los ojos del vendedor, una expresión mezcla de terror y paranoia, y luego de algunos segundos, viendo mi cara de incomprensión, me retrucó, ya mas con una mirada cómplice. dirá caramelos, la señora, es extranjera, ¿verdad? ssi… Claro, respondí, en el momento en que empezaba a comprender que algo no estaba en su lugar.

.y contoneando las caderas, me fui fumado mis caramelos.

Anoche tuve un sueño. fotografías en negativo, incomprensibles y descontroladas. Fue un descanso cansador, pero no me parece que fuera una pesadilla, no sufría, y era algo extremadamente raro. como un deja vu dentro de un sueño, o sea lo contrario a cualquier tipo de premonición.
Pero como suele suceder, la mente (por su propio bien) se encarga de borrar lo “vivido”, y raras veces, nos regala chispazos de la dimensión del sueño.
Hoy, al levantarme; la imagen grabada, los resabios oníricos, esa fotito vieja de la almohada. me entrego la imagen de un linyera.
.Y así es que puedo seguir “rearmando” mi experiencia embustiana.

Camine sin dirigirle la palabra a nadie, (nótese la minúscula) no fuera que se me ocurriese comentarle a alguien, que el clima era excelente-y en verdad lo era-para terminar sufriendo la represión anti-verdad.
Así es que me conduje con precaución, dudando de todo…¿cómo le dirán al sol, luna?.era de día, pero seguramente, estos tipos acaso “dirán” estar viviendo la mejor noche de su vida, pensé.
Se me tornaba confuso y me sentía un bebe que recién empieza a hablar, y yo no podía ni eso. ¿Hablar, seria callar?.

Señora, oí, y evidentemente no me di por aludido, y una voz gastada repitió. señora, entonces, no me dio otra opción que guardarme el machismo en el bolsillo y ver que caraj. que precisaba esa persona.
Un croto de mi ciudad; La piel grasosa, la barba crecida y canosa, entre cartones y un perro de compañero, una mirada indescriptible, pues no había tristeza y frustración (en embustia nada se entendía del todo. Estaba sentado cómodamente, y acariciaba, lo que seguro, deducía yo, era un “gato”. Venga señora. con miedo dije. si?.usted no es de por aquí, no es cierto. (la verdad no, iba a contestarle, pero ya no sabia que era la verdad) ahá. le dije. si o no, me presiono cortante el tipo. habrán sido cinco segundos que esperé que todo acabara, cuando el croto estalló en una carcajada. Siéntese señor, y no tema, conmigo esta a salvo.
Me llamo Narbay, y aquí don de me ve, podría estar viviendo de mis millones, como mis colegas empresarios mentirosos, pero, yo opte por seguir siendo una persona, ellos viven bien, pero a sus gatos guardianes, y a sus maridos, con todas sus “miserias” no pueden decirles que los aman. y eso no es ser humano.
Inmediatamente me propuse aprender el “sistema enbustiano”, no fuera que una mujer demasiado hermosa, me llevara a la cárcel por un piropo, así es que lo consulté acerca del dialecto. ah! Eso si que es lo complicado, dijo Narbay, porque no todo se reduce, a dar el significado contrario del que uno quiere expresar, no siempre blanco es negro y viceversa, pero, de todas formas el desconcierto ocurre con los sentimientos, odio nunca podría ser amor, aunque a veces parezca (Narbay se reía y yo quería quedarme ahí, seguir mi camino era demasiado peligroso), la jodieron con eso, ahí se deshumanizaros, cuando el régimen prohibió también la demostración de sentimientos, o al menos en publico. esos días murieron miles; un choque y las consiguientes puteadas, los novios en las plazas, los mendigos y sus benefactores, todos dando y recibiendo verdades, “relativas”, pero verdades al fin.
No sé si sabés de la clandestinidad, me dijo. No respondí. Mirá, yo no soy del servicio secreto, así que no me mientas por que te rajo a patadas. bueno. si. en realidad conocí a alguien. dije, no, esta bien. mejor no me cuentes, me causa melancolía tanta verdad, y vos, aunque mientas un poco, vas a producirme añoranzas por un lado, y odio a toda esta cagada por otro. y yo ya estoy jugado. pensá en vos, esto no te va a resultar para nada fácil, aunque tu desconfianza y prudencia, puedan llegar a salvarte la vida, no cometas estupideces y llega primero que la trampa. atiné a decir. bueno (quise volver al dialogo, pero me paró en seco). no! Chau, mejor andáte. adiós, o debería despedirlo con un “hola señorita, que tenga pesadillas”. ja, ja. reía el viejo.
Y me fui, o talvez estaba volviendo.

Embustia era un pantano para los sinceros.

Tratando de no perder la cordura, me dispuse a recorrer las calles de Embustia.
Comencé por mirar vidrieras, y me llamo la atención, la ausencia de marcas, precios, y hasta los carteles indicativos, de cada local. como que, si dice farmacia, traspasando el umbral del local, uno se encuentra con un tipito vestido de blanco, que nos venderá algún medicamento, si deseamos comprarlo. por supuesto. pero parecía ser, toda verdad “evitada”, y aunque a todas luces fuera una farmacia, en embustia las llamaban enfermerías (note que algo de cariño mantenían por la verdad, aun en ese disparate dialéctico), sin embargo tiempo después, descubrí realmente, que se habían metido con una de las cosas mas importantes de una persona, “el nombre”, y en efecto, Nadie solo era Nadie, el resto, luego de la caída del ultimo gobierno (que por cierto había sido muy corrupto), fueron obteniendo su “nueva” identidad. a los más dóciles les pusieron Augusto, quedaban Lucas, Vivianas, Raules y otros tantos que seguían enfrentando a la dictadura de la mentira.
Pero los más, habiéndose llamado Roberto, en cuestión de semanas fueron Saules o Luises, daba lo mismo, era la mentira o la vida y me pregunto si no hubiese sido yo, uno de esos cobardes, con nombres-disfraz, para salvar el pellejo.

La gente por las calles parecía sacar a pasear sus felicidades, se los veía contentos, o mejor dicho, la gran mayoría daba el aspecto de sentirse bien. Recordé el dialogo con Narbay y comprendí que en realidad, sucedía lo mismo que acá, estaban hastiados, cansados de la rutina, malhumoradamente sonrientes. y mientras me quemaba la cabeza pensando, pase por una plaza, sin hamacas, ni toboganes, ni nada. (los locos y los niños, dicen la verdad, se comenta por estos lares), y en efecto, los “sinceros menos rebeldes”, estaban alojados en las escuelas embustianas, que no eran mas que manicomios, y los niños, reían o lloraban dentro de casa, por su bien. ya que de otra manera serian enviados a centros de reeducación, aunque de todas formas concurriesen diariamente a “los manicomios”, allí les estaba vedado mostrar su ingenuidad en libertad, dos cosas que los embustianos habían perdido hacia tiempo,
En esa plaza (nunca supe como las habían renombrado), encontré una mujer sentada sola en un banco, llorando desconsoladamente, me detuve y la observe. Tenia un billete de lotería entre sus manos. perdí señora, perdí, me dijo.
Habría ganado bastante por la cantidad de lagrimas, lagrimas que ayudaban a enmascarar posiblemente, como en ese caso, una profunda alegría. aunque mirándolo desde otro ángulo, la señora podría estar triste, porque resultaba imposible negarse al “ofrecimiento” de dinero, por parte de familiares y amigos, en esa situación, y continué mi camino reflexionado de que estaban hechas las lagrimas de la perdedora.

En embustia, existía una disconformidad entre lo que se decía y lo que se pensaba, y comprendo, que les resultaría dificilísimo,
negarle a su mente, el derecho de expresarse, según la estructura racional de pensamiento, y eso se transformo para Embustia, quizás, en su principal problema. Aunque todas esas miserias del hombre; como la hipocresía, el cinismo, la deslealtad, la traición. Toda esa mierda, había quedado desvirtuada, y fuese talvez el único beneficio, que tuvieron, de vivir mintiendo. cuenta la historia de un hombre que de tanto mentir, acabo por creerse sus mentiras, y, efectivamente, Embustia misma se había creído el propio embuste. percibo desde mis “sueños recurrentes”, una Babilonia, una caída y decadencia de esa “ciudad”, pero no se si existió en verdad, o solo es producto de mi mente, que también es embustera y traidora.

La mentira tiene unas patitas veloces, cortas pero raudas, y la gran mayoría de las veces por la velocidad que logra en su huida llega a su destino sin problema alguno.

Embustia estaba plagado de seres “reales”; Narbay, Lucas, Augusto, y hasta Nadie se transformaba en un genuino embustiano. pero sin embargo, nadie se transformo en definitiva en un mentiroso “conforme y full time”. el sistema, como siempre tiene sus beneficios y en gran medida infinitas fallas.
Para la información de algún triste cholulo, o un alegre sociólogo, tuve la oportunidad, en un amplio salón lleno de electrodomésticos, que con un cartel en su puerta invitaba a entrar.”Casa de comidas Philips”, ver la televisión. y tengo que confesarles que realmente me ilusioné, esperaba ver lo que siempre quise. realmente esperaba algo distinto. de todo lo extraño, ansiaba ver las espinas de los que piensan, convertidas en rosas para un romántico. pero no. era igual, la puta madre! Exclamé. Pero, si es exactamente la misma bosta. claro, ahora caigo en la cuenta, me dije- es totalmente lógico. que esperabas ver iluso. la televisión, “es,” igual en todos lados, un símbolo de Embustia y fantasía engañosa. lamentablemente.

La radio es un capitulo aparte, se parecía tanto pero tanto a la maldita caja estúpida que daba asco. lo mismo, pero sin las “digitadas” imágenes que salvan algo la vaciedad de contenidos que reina en los rayos catódicos. pero que, eran reforzadas por los comentarios “agudos y punzantes” de. computadoras programadas para promocionar, vender. (lo que fuese) y ah!, Salvar a las focas. que llamaban “tiburones” o algo así, ¿importa?.



Me quedé dormido en un colectivo después de que un infortunado vendedor, intentaba que le compren. peines. y antes de entrar en el sueño, observe como de diez pasajeros, 3, si 3, le compraban. dude de la verdad. y entre en el sueño embustiano.


Había llegado la extraña noche. y en una esquina, vi. lo que en mi barrio llaman. “putas”, mis vecinos les quitan las comillas. carterita, minifalda, nadie podía dudarlo.
¿Señor, me busca?.preguntó (como.”señor”, me busca. ah no, yo no entiendo mas nada). yo sé que usted no es embustiano, señaló.
¿Y como lo sabe la señora?.será por su oficio, uno de los más antiguos. será por ser de los mas viejos de la historia. perdón.
Señor sarcasmo, mi profesión para ser más exacta, si le importa! es psicóloga.
já( no pude aguantar. ella ni se inmuto). comprendo que a esta altura no intuye nada del todo, pero si le interesa, le cuento. aunque ya lo estoy asistiendo psicológicamente porque el equilibrio mental lo debe haber perdido a las pocas horas de llegar ( no creo en las brujas, pero en la desesperación, uno puede dudar hasta de un profesional), me interesa francamente, respondí.
Los que acuden a mí. puedo tutearte?.
Sí, como n.
¿Cómo es tu nombre?
.Nadie. respondí
Gracioso! o inoportuno, no me jode. a él lo conozco, un poco nada más.
me llamo Daniel, o preferís Augusto.
No, no, ellos si que nunca vendrían, aunque mal no les haría, pero de todas formas, son muchos mis pacientes y rara vez me consultan por conflictos sexuales, la gran mayoría tiene un miedo atroz. esta dictadura los tiene aterrorizados. claro que mirándolo desde mi punto de vista, optimista por cierto, este “gobierno” tiene los día contados.
Y me surgió la pregunta más sensata o quizás la más estúpida de todas. y la policía?.
ja, vos si que sos ingenuo, los disidentes, existen en cualquier fuerza, ellos perdieron mucho poder. patrullan para evitar verdades y sentimientos. las coimas, aprietes y traiciones son pura “verdad”, los dejaron afuera del negocio y un mono con navaja, y sin bananas es aún mucho más peligroso. comprenderás.
recién empiezo a enterarme del trasfondo de su historia, de esta locura, pero cada vez me resulta mas complicado razonar, le repuse. eso es lo que quieren. eso. dijo ella, con una expresión de bronca incontenible
¿Cómo es tu nombre flaca? ( me atreví).
si te importa Alicia. y te dejo porque un coche me está haciendo luces. y yo también tengo que comer para no vomitar.
nos vemos, le grite.
Por ahí mañana, no sé, chau!

La resistencia es mucho más poderosa cuando no se tiene nada que perder y poquísimo que ganar, descubrí una parada después medio dormido. Llegue a mis aposentos esperando a mis amigos ahí, hablando verdades en mi Embustia.

Negando mas que mintiendo sobrevivían esos seres reales, en una ciudad disfrazada, en un mundillo de mentiras; piadosas, asesinas, verdaderas, mentiras sin razón, y con razones de vida y de muerte también.

Presiento desde aquí, cerca o talvez lejísimo, la caída de esa ciudad, peor que Sodoma y Gomorra, Embustia. en mis sueños, los veo gritando alguna que otra verdad, con frases tales como.”esto así no puede seguir”.”nunca estuvimos tan mal”,”el día que los oprimidos se rebelen.”etc.

Caminé bordeando la vereda, casi tocando el adoquín, y crucé, se suponía que me encontraba en la “realidad”, por lo menos lo que se encontraba ante mis ojos era la puerta de mi casa, imagine que también podía haber una puerta parecida en Embustia, y sostuve el picaporte con una rara prudencia, pues adentro no había nadie. Pero podía estar Narbay, con esa expresión estremecedora, o Alicia tomándose un café, o quizás Lucas refugiado de la represión Embustiana, pero tuve que abrir.

Y así finalmente entre, en la peor de las dudas, una que de seguro me persiga por siempre…Saber si todas estas construcciones mentales nuestras, todas las ideas o realidades verdaderas, no sean mas que la pura vida. Sobreviviendo a nuestras embustias colectivas e individuales.
Sobrevivir a la mentira, o vivir sobreviviendo. con algunas poquitas verdades.
Datos del Cuento
  • Autor: Martin Aja
  • Código: 18972
  • Fecha: 27-08-2007
  • Categoría: Sueños
  • Media: 5.66
  • Votos: 140
  • Envios: 0
  • Lecturas: 7633
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