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Categoría: Historias Pasadas

enemistad carnal: una breve estratagema.

ya habian pasado meses. todo marchaba monotono pero apacible en la hacienda de marcelo. ultimamente ya no habia tenido rencillas con matias, que ya lo consideraba un peon mas regejo y bullanguero que otros criados. mas aun sin advertirlo matias, marcelo le lanzaba unas miradas de reto y rabia oculta tras una mascara de brusquedad y aridez. aun sospechaba de sus itnenciones contadas que s ehabia acercado a doña rufina, a la que ahor aya no veia sino en la casa de sus parientes de ella o bien, en la iglesia del pueblo durante la misa dominical. mas ahora todo estaba calmado. mientras, matias en su casucha humilde se dedicaba a bordar e hilvanar hilos para fabricar sombreros de paja, negocio que realizaba cada sabado en el mercado rural por apoyo de su madre y prima. los tres estaban en casa raramente ese dia; su madre antonia preparaba pucheros para la boda de alguna joven pariente de una comadre; esta vez era doña Teodora Cruz. la ahijada Maria se hallaba alimentando a los patos y gallinas del aposento. cuando a maria le dio por preguntar a matias:

- hey, tu matias: has estado calladito desde que te sucedio lo del patron y la señoritinga esa. si no es incomodo, ¿ me quieres decir que te pasa?

- nada, maria, nada-. asevero el-. si he estado callado y pasivo es por la faena que hago; me deja desganado. pero no es por esa mujer. ya la olvide casi.

- umm. sera.-.dijo y acto seguido hablo de otro asunto que le inquietaba, para no darle a entender a matias que ella queria fisgonear su vida-. ea, creo que madrina antonia ya debria descansar de tanto hace que hace. ya esta vieja y sus fuerzas apenas le rinden. creo que deberias convencerla de que se deje del molino y que nosotros nos encarguemos ya de ella. ¿ como ves?

- bueno, sabes que mi ma¨ es terca cuando le piden darse un respiro.-. murmuro matias, acorde a lo que decia la prima-. pero quizas la convenza si le invento que ya subio mi jornal y que quizas si dios provee me vea como un capataz. eso creo se lo tragaria al instante.

- pos en eso tienes razon, primo-. dijo ella-. antes de pensar que se hara de nuestra vida, debemos saber como cuidar de esta anciana. mas porque recuerda que a veces la oigo delira y delira por un hijo que se le perdio o se murio en el parto. uno que decia iba a ser tu hermano mayor. creo que deberiamos escuchar su vivencia, pa¨¨ saber si podemos confiar que ya murio ese hijo.

- a mi me lo conto y no recuerdo nada. receurdo que el niño antes que yo iba a llamarlo juan o juvencio; incluso.-. hizo una pausa y miro a su prima fijamente.

- ¿ que, matias? que tratas de decirme.- respondio esta.

- no se porque te lo quiero decir. creo que don marcelo tiene cierto parecido conmigo: cuando esta de espaldas o enarca las cejas, se parece a mi de mas mayor. quizas sean afiguraciones mias.

- pos tu lo dices. quizas nomas sea porque no conociste a tu hermano. mas que la madrina toña nomas lo cuenta y le salen lagrimones cuando habla del fulano que la dejo parir y luego le quiso arrebatar a las criaturas. no creo que don marcelo sea un pobreton convertido en aristocrata por el virrey. sino, ¡figurate a nosotros!-. dicho esto, alzo los brazos como para convencer a matias. este sonrio ante la aseveracion y dijo:

- anda la maria, si tendras razon. ademas, mientras don marcelo no me agarre ley yo estoy contento. -. depsues de esto, se dedicaron a hablar de cosas triviales del pueblo; el bautizo de un hijo de epigmenio, el romance de fulana juana con zutano, la misa de la iglesia, etc. por tanto, en la hacienda don marcelo se hallaba en su despacho haciendo como siempre lo debido. cuando cerca de las 4 llego rufina: esta vez venia con una prima menor de unos 14 años, que marcelo habia visto solo dos veces: acababa la mujer de llevar a su prima mariana a un catecismo que daba el parroco del lugar: amigo de la familia que no era muy devota pero se conformaba con obras de caridad. al llegar, rufina dejo a mariana con unpeon en la sala:

- esperame aca, mariana; en un momento te dejo con vuesa madre.-. la niña se quedo esperando ahi. marcelo fingio percatarse apenas de su arribo al lugar. cuando el peon la anuncio, marcelo le ordeno entrar:

- rufina, hace tiempo que no venias por la hacienda. ¿ que quieres?

- yo.-. tomo aliento antes de continuar-. quiero proponer a vuestra merced algo.

- ¿ que es eso, divina señora? soy todo oidos.-. exclamo este, un poco desconcertado de su indecision. pasaron 18 segundos en silencio. cuando rufina al fin dijo:

- deseo pedirle nupcias a su merced. sabe de que hablo.-. dijo al fin, casi sudando por su conflicto interno al decidir. marcelo se quedo mudo, casi rojo: cierto, muchas le habian pedido nupcias de joven y aun ahora, que el habia rechazado por interes o porque las mujeres no le agradaban para esposa. pero ahora. pasaron los segundos y solo se oian los ruidos de exterior. cuando marcelo, apenas sabiendo que iba a decir, replico:

- acepto, doña rufina. deseo vincularme con vuestra familia: y sabiendo que usted es una finura de doncella. acepto sin preambulos. dira vuestra merced cuando es la boda.

- oh! no lo esperaba de su merced! esta bien. avisare en breve a mis familiares; usted. no se si tenga familia. no es que quiera ser impertinente o pesada con mi aspirante a marido.

- no es impertinencia, rufina. verdad es que tengo pocos conocidos en mi familia, pero veremos. de pronto, planeemos vuestra boda.

asi, empezaron a hablar de ese tema. los peones y criadas ya no estaban a su alcance. quizas lo anunciarian dentro de unas semanas. para que la gentuza y luego los nobles amigos no formularan chismes novenidos al caso. mientras en casa de matias ya las labores cesaban; hacia dos horas que doña antonia y amria habian salido a vender sus viandas y el se hallaba descansando en un catre de tul y paja: respirando el aire quemado y puro de la maleza que les rodeaba y las moliendas de cafe, seguidas de los susurros de mulatos y caballos que llevaban el cafe. "doña rufina. doña rufina. ¿ porque no le borro de mi mente?"-. suspiraba para si mismo. la noche crecia, de lejos llevando el rumor temible de la boda entre rufina y marcelo. la verdad ya estaba cerca, solo faltaba salir a la luz de la antorcha. no se pierdan el penultimo episodio. (continuara)
Datos del Cuento
  • Autor: anonimo
  • Código: 22016
  • Fecha: 12-12-2009
  • Valoración:
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