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Categoría: Historias Pasadas

enemistad carnal: teniendo al enemigo tan cerca.

cierto dia, marcelo salio con su caballo color azabache hacia puruaran; una dministrador del lugar, Alfonso padierna habia acordado con el un acuerdo en su hacienda llamada "el escondrijo" respecto a unas propiedades que este deseaba donar a la iglesia. al enterarse de esto marcelo, fue el primero en reclamarle. como presumia marcelo a los de la alcurnia criolla, los aristocratas debian ser personas con agallas y demasiado cautelosas con las propiedades. en resumen, le convenia este acuerdo y habia salido esa mañana. los peones se hallaban laborando como si nada. matias, recien acabado su labor en los campos, se dedicaba a deshojar ramos pequeños de eucalipto y pirul, como pasatiempo adquirido desde la niñez. su mula de carga se hallaba pastando. cuando un peon negro de la hacienda, Martin,lo abordo por sorpresa:

- eh! matias. veo que has terminado la faena. ¿ porque no te retiras con nosotros a los mesones? no creo que estes sin hambre con esta faena tan larga.

- dispensa, martin: verdad es que no tengo hambre. mi madre, que luego anda en los mesones con mi prima siempre me da viandas cuando salgo a la hacienda.

- oh! no sabia-. dijo este-. bueno, si cambias de idea ven con los muchachos al meson que esta en la plazoleta. te digo porque el patron marcelo llega en un momento y ya sabes que a ti no te tiene buena ley. por eso te decia para no quedarte aqui y que el patron crea que tu buscas algo.

- bah! no sabia que don marcelo tuviese alguna mala espina sobre mi.- exclamo matias-. ultimamente ni nos pone atencion. una, por gentuza y otra, porque anda tan entretenido con la señorita echeverria. ah! en fin.

- ves que no debemos meternos con las pegas de los ricos, hombre.- aseguro martin-. pero mas vale estar prevenido de sus habladurias por la tirria que les inspiramos. en fin, que dios te bendiga.

- lo mismo a ti-. respondio cuando el mulato se marchaba.

- vaya negro!-. suspiro-. hasta ahora me entero que con las cosas de don marcelo no debo meterme. esto, en alusion a rufina; hacia dos meses que ya no poniendo de justificacion al sobrino o su familia le venia a ver cada dos semanas: se les veia charlar, reir ambos con una ocurrencia contada en el jardin o en la huerta, ambos estar en la habitacion de marcelo casi dos horas, etc. casi todo el gentio chismeaba en los rincones sobre ellos y se decia que don marcelo aspiraba a la mano de doña rufina, y que una vez en casamiento venderian la hacienda y se mudarian a vivir por acuerdo con la familia de ella a la ciudad metropoli de nueva españa: esto la capital del virreinato. asi, marcelo ganaria fama mas aun porque abundaban los nobles y los jueces mayores y la familaiq ue formara con rufina seria una familia prestigiada en la ciudad de mexico. al menos, esos rumores circulaban tanto en la servidumbre como algunos intelectuales que rondaban la nobleza criolla. pero solo eran chismes. pasaron dos horas, cuando llego la mujer; ataviada con un vestido de tul con flores y guantes color crema, se decia que habia salido a algun lugar. rufina habia lelgado y no estaba marcelo para recibirla. matias se hallaba cerca pues ya estaba en la hacienda y de neuvo se le presentaba la ocasion. pero la curiosidad mato al gato cuando rufina sin saberlo ella, le abordo:

- disculpa, matias; ¿ has visto a marcelo? vengo a verlo. son casi las 4 en el reloj de la catedral.

- oh!-. dispense, dispense.-. exclamo, apenas reaccionando al suave contacto de la mujer-. no le oi bien cuando entro. ¿ a quien busca?

- busco a marcelo.-. respondio ella, firme pero cortes.-. casi siempre nos vemos a estas horas.

- don marcelo no se encuentra-. dijo este-. me parece que tardara una hora mas. fue desde temprano a arreglar unos asuntos a puruaran. ¿desea esperarle o se marcha? puedo avisarle cuando llegue don marcelo que usted vino.

- oh! no.-. suspiro ella-. no es muy urgente. prefeiro esperarlo en la sala.

- como guste usted, señorita-. dicho esto, la conducio hacia la sala y el se fue a sus labores. iba con sus pensamientos a un lado; no podia ser que sentia de neuvo ese apego hacia rufina. sabia que, sin duda esta lo rechazaria por su mezquindad y porque ella ya estaba en nupcias casi con su patron. recordando le habia dicho esto a su madre. ella, anticipando lospreceptos dela gente humilde a esta inquietud le habia dicho; "cuando pienses asi, dile al mal pensamiento que se aleje de tu mente; ella no esta en tu camino por la vida. ella, una joya; tu, del pueblo. la mujer que te toque de esposa, debera de ser tu misma casta." el solo asintio con la cabeza ante la opinion de su madre y dejo el asunto. mas, ¿ como podia aun afirmar que ese pensamiento seguian en su mente y no saldria. o quizas si? mas, ¿ porque sentia un sentimiento de celo y a la vez de fraternidad hacia don marcelo? aunque no se trataba como empleado excelente del todo con el, no le tenia en consideracion; le asignaba mas trabajos que los otros criados y le reprendia cuando salia tarde de la siembra. la verdad le correteaba los talones. como una vibora. mas decidio pensar en eso mas tarde y se dirigio al meson donde martin le habia invitado horas antes. cuando llego marcelo: cansado y algo soñoliento, habia entregado el caballo a unpeon dela entrada y se dirigia hacia su despacho, cuando un criadillo joven de unos 17 años, Jose, le dijo:

- don marcelo, doña rufina le espera en la sala.

- ah! vaya.-. dijo marcelo-. en buena hora la visita. pero a todo esto, ¿ quien la dejo entrar? que yo sepa, no deje a nadie como mensajero.

- umm. creo que martin dice que matias la recibio y fue quien le conducio a la sala.-. sin querer dar mas controversia al patron y temeroso, el chico se alejo. marcelo se quedo hecho un nudo. luego, en su cutis se forjo un ceño alargado y fruncido; la desazon se hacia rabia. asi, apenas cotnrolando su enojo, le dijo aun cpataz que fuera por el joven:

- julio! julio! ¿ donde esta matias?

- no se, patron. se fue con martin al meson de la plazoleta: ya ve que ese negro es lambiscon con los coyotes (dicho asi despectivo, los mestizos). usted vera.

- bueno, llama a matias y dile que le veo en mi despacho una vez que termine de hablar con la señorita rufina. necesito aclarar unos puntos sobre las ies con el.

- como mande, patron.-. matias segundos despues estaba en el patio esperando. desconcertado, observaba las siluetas de la mujer y el : que movian las manos y charlaban animadamente. las voces que apenas el muro cubria. cuando rufina salio, en compañia de un criado a la puerta matias entro al despacho. con el sombrero de paja a su cintura y la cabeza baja como reverencia entro.

- me busca usted, patron.

- si, matias. te llame porque quiero saber : ¿ quien te autorizo a recibir a doña rufina cuando estaba ausente? ¿ acaso tu te mandas solo?

- vera, patron-. dijo, como queriendo calmar los animos-. la señorita rufina estaba afuera y estaba impaciente y decidi que debia recibirla. ella quiso esperarle en la sala.

- bueno, eso esta bien.-. dijo, un poco calmado su animo-. pero no debes recibir apersonas nobles, por regla genral. eres un peon, no un gentilhombre o un siervo, ¿ de acuerdo? si vienen, solo deberas recibirlos en la peurta y no mas. si vuelve a pasar.-. callo, como tragandose el breve encono que tenia hacia matias por su insolencia. pasaron 45 segundos para repetir:

- si vuelve a pasar. sera la ultima que trabajes en esta hacienda o te demandare al tribunal por abuso de confianza e insubordinacion.

- si señor, ya entiendo.-. alcanzo a decir matias. "debo hacer algo: sacar a doña rufina de mi mente. pero como?." decia para sus adentros.

- bueno, es todo. puedes regresar a tus labores.-. el criado se marcho con una reverencia. mientras matias, cansado y apenas advirtiendo el suceso solo se limito a mirar al peon desde la ventana que daba al patio; este se alejaba y se iba hacia la calle. un gesto de contrariedad y encono se pinto en su rostro ajado y bronceado. "imbecil. ¿ con que tomando lo que es mio? ya veras si vuelves a equivocar tu mirada. te hare saber quien soy yo y cual es tu casta enla que te encharcas." penso con rabia y pelando la boca con desden. suspiro y se limito a leer un libro de teologia en su biblioteca; ya que ahora no tenia trabajos por hacer. su abuelo habiale inculcado el arte de leer como pasatiempo. esto, enriquecer su vida con conocimientos que aunque no le servian como noble le servirian de estimulo si llegaba a caer en desgracia. por eso, tenia en su biblioteca volumenes repletos de libros no solo de administracion (que solo habia usado de joven) sinode; teologia, leyes, y literatura rosa de europa. asi, mientras donamrcelo descansaba su agitacion en unlibro, matias aun contrariado por la exhortacion del patron, veia como borrar de sumente a doña rufina y como seguir su vida de peon: mientras, comia un taco de sal y nopal. dado por una de las cocineras que conocia a su madre y su prima, mas le tenia alta estimacion a el: era doña Cleta, una señora de unos 40 años. la tarde llegaba a las haciendas y desplegaba sus alas en los sembradios y la shaciendas; algunos sonidos se perdian en la calle; gritos de borrachos, mujeres riñendo, o una orquesta tocando a lo lejos festejando a un santo del santoral. la madre de matias, acompañada por su ahijada iba con un cesto de legumbres y huevos de gallinas hacia su casona para recibir a su hijo y alimentarle al rayar el anochecer. la chica seria, solo caminaba con ligereza y recelo junto a ella. asi era el panorama colonial. (continuara)
Datos del Cuento
  • Autor: anonimo
  • Código: 21987
  • Fecha: 05-12-2009
  • Valoración:
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