la desnudé como siempre... es decir, rápido y a lo bestia... le gustó mis formas... ella era una mujer ya hecha y madre desde hace mucho... y por mas que cargara mas de cincuenta, tenía algo que dar... el amor en su rostro brotaba como espuma de cerveza... empañaba toda ella, matizándola de belleza... entendí que el amor es la fuente de todo... el amor no tiene distingos ni permisos... llega y roba nuestro ser... y todo cuanto toca, lo hace inmaculado... seguí a su lado hasta que el amor se fue por donde vino... es decir, del fondo de mi alma... allí estaba ella... llena de pliegues por todo el cuerpo... arrugas y ojos brillosos... sudor y ese aroma a casa abandonada y con telarañas... pero, el amor estaba allí, dentro de mí, como un ave que sale y viene de vuelta, sabiendo que acaba de darme un regalo mas... el amor es ese ave que sale del corazón y vuela y vuela por aquellos valles que solemos caminar una y mil veces... el amor ese así... patrimonio de la vida... un ave que encanta todo cuanto besa...