No sé si es una bendición o una mala jugada del destino saber algunas cosas antes de que ocurran. Se que parece sacado de una historia de ciencia ficción, pero debemos entender que la vida es simplemente una historia contada por nosotros mismos.
Esto que estoy a punto de relatarles, ocurrió cuando nuestro protagonista tenía veinticinco años y pasaba por su primera crisis de madurez.
Podría decirse que era una noche como cualquier otra, oscura, fría, un poco lluviosa y oscura. Lo único diferente era que él no podía dormir; por alguna extraña razón no podía cerrar los ojos y sentía una necesidad enorme de salir. Miró el reloj, eran las doce menos cinco. Empezó a vestirse, sacó algo de dinero de la mesita de noche y salió.
Cuando comenzó a caminar por la calle tuvo el presentimiento que era observado por alguien. Constantemente, a medida que avanzaba, miraba siempre hacia atrás, aunque no podía explicar el por qué de esa sensación.
De repente, como si alguien estuviese a su lado, escuchó su nombre, volteó, pero no vió a nadie. Siguió caminando, pero en esta oportunidad escuchó su nombre más lejos, miró sobre su hombro y estaba un hombre a su lado.
Por varios segundos sintió pánico, un miedo que entró en su cuerpo e hizo que se quedara inmóvil, era como si todo el cuerpo se le congelara, tan duro y frío como un iceberg.
Cuando pudo recobrar el control sobre si mismo, el hombre puso su mano sobre él y le dijo que no tuviese miedo, que era afortunado, que él era el elegido para ayudar a la humanidad a mejorar su condición humana.
No le creyó, pensó que estaba loco y comenzó a correr, corrió tan rápido como pudo. No estaba viendo hacia donde corría, solo seguía corriendo. Ya no tenía aliento y decidió parar. Mientras recobraba el aire, miró hacia los lados y estaba en el mismo sitio de donde había arrancado, nuevamente el escalofrío, miró hacia su izquierda y allí estaba nuevamente el hombre diciendole que no podía escapar de su destino.
Pero, ¿ qué es lo que quieres de mi?,le preguntó
-Ya te lo dije, eres el elegido para ayudar al mundo a salvarse, el que los va a ayudar a creer y a tener esperanza, respondió.
-¿Te refieres a que voy a ser una especie de Moisés?, le preguntó; Sí, respondió él, vas a ser el nuevo Moisés, vas a preparar al mundo para cuando llegue el Mesías. Ahora regresa a tu casa y comienza con tu labor.
Cuando el joven de nuestra historia estaba entrando a su apartamento, estaba sonando el teléfono, seguió a la cocina y dejó que atendiera la contestadora... -Hola, te has comunicado con Hugo Chávez Frías, por favor deja tu mensaje.