La princesa Clavelina tenía una costumbre bastante estupida.Siempre que algún guapo príncipe visitaba su palacio, ella iba a su jardin, arrancaba una margarita y se ponia a tirar de sus pétalos diciendo:
-Me quiere... no me quiere... me quiere... no me quiere...
Naturalmente, a las pobres margaritas no les hacia ninguna gracia que ls deshojasen de aquella forma.Por eso, el resultado final era siempre el mismo: el último pétalo de la flor coincidia con las palabras ''no me quiere...''
-¡Ay, que rabia! -exclamaba Clavelina-.
¡Niguno me quiere!
Hasta que una vez llegó a la corte un joven principe que a Clavelina le gustó más qe todos los que habian estado anteriormente.Aquel principe la miró con unos ojos tan brillantes y sonrio de una forma tan encantadora, que a Clavelina el corazon le empezo a latir_________com fuerza,tac-tac-tac-tac-tac-tac-tac...
-Seguro que me quiere -penso-. Esta vez la margarita no podra decirme que no. Y como tantas otras veces, la princesa fue a su jardin para deshojar la margarita. Ya tenia la flor en su mano, cuando oyo una voz que preguntaa:
-¿Que vas a hacer con esa flor?. Clavelina se volvio y vio al principe.
Se puso muy colorada, pero como nunca dcia mentiras, respondio:
-Voy a preguntarle si una persona me quiere o no me quiere.
-¿Y crees que la flor lo sabe? ¿Por que no se lo preguntas a esa persona?
Clavelina comprendio que el principe tenia razon. Era una lastima estropear una bonita flor para aquella tonteria.En cuanto al preguntarle si la queria o no, estaba clarisimo. El principe estaba enemoradisimo de ella.