miraba las salidas de la gente a través de la ventana de mi casa cuando una mano tocó mi hombro. volteé y vi que era mi hermano mayor. le dije que qué hacía allí, sabía que estaba a mas de 36 horas en avión. sonrió y me dijo que estaba muy contento porque había encontrado la manera de viajar sin viajar. ¿cómo es eso?. y nada, dijo, tan solo crucé los pasos que daba por los pasos que soñaba y allí crucé el hueco negro que se hizo plateado como la luna y aquí estoy hasta que despierte. ¿eres un sueño?, pregunté. no, no, soy yo, tan solo soy yo, quizá no puedas entenderlo pero no importa, hay muchas cosas que hacemos sin necesidad de entender. le miré y este estaba hermoso, como si fuera mas joven a pesar de tener cerca de setenta años. ¿puedo tocarte?, pregunté. se rió y con las mismas empezó a esfumarse como las nubes del cielo. sin embargo, le sentía cerca, como si fuera una parte de mis ideas o sentimientos. desde aquella vez, converso con él, día a día y él me responde con total humildad, como quien responde a un niño.

todo seguía normal hasta que otra mano me tocó la cara. volteé y advertí que era una mujer muy hermosa de no mas de treinta años. ¿quién es usted?, pregunté. dijo que era mi otra mitad y que durante años y vidas había tratado de encontrarme y esta vez, me estaba soñando. ¿de dónde vienes?, pregunté. de tus sueños, respondió. ¿estoy dormido?, pregunté. no, me dijo la bella mujer y al poco me dio un beso en los labios. estaban cálidos y húmedos. cerré los ojos y sonreí de contento, era feliz muy feliz. y cuando abrí los ojos, ella se había esfumando. desde aquella tarde le recuerdo y ha veces la veo y nos besamos. recuerdo las veces en que mi padre me decía preocupado: "qué va a ser de ti cuando seas viejo". me río de ello, puede que esté loco, pero, es linda esta locura en donde he transgredido los límites de la razón con la luz del amor infinito.