La historia comenzó en una noche de invierno, yo estaba sintiendo el calor del fuego que ardía en la hoguera, las llamas humeantes hacían crujir los troncos de quebracho que estaban por consumirse. El ambiente era apropiado para descansar en el más profundo sueño, sin embargo...
El sosiego y la quietud de esa noche de invierno son quebrantados por un disparo cercano a mi morada. ¿Que ocurriría en esta noche cruda y sombría? Velozmente me levante del sillón, guardé el libro en el armario y luego tomé un farol. Me aproximé hacia la ventana y contemplé solamente la gran luna llena que se ocultaba tras las nubes.
Al salir de la casa; avancé por el prado, hasta dar con un alambrado. A unos cuantos metros noté un gran bulto y a su alrededor un charco de sangre. Horrorizado me aproximé pausadamente. De pronto padecí una frigidez aguda en todo mi cuerpo, al descubrir que en ese sitio yacía un cadáver de ser humano. Al tocarlo percibí que estaba tibio y con los sesos destrozados, lo habían asesinado hace muy poco tiempo. En ese instante percibí ruidos detrás de mí, giré lentamente, aterrado observé a un sujeto ensangrentado, con un arma de fuego dirigiéndola hacia mí. Sin tardar más, me embestí contra él, intentando arrebatarle el rifle.
No había forma de sacárselo; el hombre me impulsó hacia atrás y caí de espaldas, contra el suelo, me levanté con ímpetu y huí hacia mi casa.
De repente percibí un disparo y comprobé un dolor punzante en la pierna derecha, pero eso no impidió que continuara corriendo por el prado.
Rápidamente me detuve unos momentos a descansar y observé detrás de mí, no divisaba absolutamente nada, y me oculté tras un árbol próximo a mí, pensé que allí no lograría descubrirme, en esta noche tan obscurecida.
Odio ya le tenía a ese tipo, me había disparado y también había matado a otro, era un asesino en serie seguramente.
Transcurrieron unos cuantos minutos y pensé que el lunático ya se habría retirado de estos prados.
Caminé hasta aproximarme a mi casa, velozmente ingresé y atranqué con llaves la puerta de entrada.
Sujeté un paño, fui hacia la cocina, lo humedecí y me higienicé la herida sangrante, después me coloqué una venda que poseía en el botiquín.
De repente percaté ruidos en mi dormitorio, y tratando de no entrar en pánico, me oculté debajo de la mesa.
Al abrirse la puerta de mi dormitorio, salió el lunático con su rifle y fue hacia la cocina. Sigilosamente me encaminé hacia la puerta de entrada, el hombre desde la cocina me descubrió y me disparó con su rifle; pero la bala me rozó el brazo derecho.
Abrí la puerta de entrada, que estaba cerrada con llave, y descubro a otro individuo con un arma de fuego, fuera de la casa.
Velozmente cerré la puerta con llave, mientras el lunático cargaba el rifle, me embestí contra él arrojándolo contra el suelo. Recogí un palo de la hoguera y le quemé la mano, el lunático arrojó el rifle, por el daño causado.
Sin tardar lo sujete del cuello y recogí con la otra mano la leña ardiente que se me había caído y le carbonicé la frente.
Me lanzó hacia atrás y caí de espaldas. Él juntó el rifle, abrió la puerta de entrada, le disparó al hombre que se encontraba fuera de la casa y corrió hacia el prado, dejándolo tirado y sangrante.
Me levanté del suelo y observe horrorizado a la víctima, era un policía.
Llamé a la comisaría más cercana.
A la mañana siguiente, un guardia investigando me especificó:
-El hombre, según lo describe usted, parece ser Klark Shesfferson, un maniático fugado de la prisión hace varios días.
-Y si regresa por mi.
-Pondremos un vigilante que cuide.
-Bueno, muchas gracias.
El guardia se retira, y deja a un policía en la puerta de entrada.
A la noche, estaba trabajando en mi alcoba, con la computadora.
Advertí ruidos fuera de la casa, corrí las cortinas y vi a Klark el hombre de anoche con la quemadura en la cara, cerré las cortinas y me apresuré a decírselo al guardia que estaba en la puerta, vigilando; la abrí y el policía cayó sobre mí ensangrentado... lo empujé y al querer cerrar la puerta la mano del policía la trababa, se la pateé y cuando al fin traté de cerrarla, Klark empujaba del otro lado, después de algunos intentos la cerré y puse las llaves...
Corrí con desesperación hacia el teléfono. Levanté el tubo y no había tono, al parecer Klark había cortado esta línea. En la casa poseía otro teléfono, lo cual me hizo pensar que el mismo funcionaría correctamente, ya que era un celular. Antes de que yo discara en el celular Klark (Que entró por la cocina) me tiró al suelo.
Me di vuelta, él tenía una navaja en la mano, se la pateé y la soltó.
Fue a buscarla, pero antes yo lo agarré de los pies y cayó. Lo di vuelta y le apreté el cuello, hasta que dio vuelta la cara:
-Lo maté... -dije con cansancio-
Me paré y fui hacia el teléfono celular, Klark se levantó, y se abalanzó contra mí y me pegó por detrás, después de muchos intentos logré que Klark se soltara. Fui corriendo al comedor y levanté el tubo del teléfono que no funcionaba. Klark vino corriendo y me empujó contra el suelo cayendo él conmigo, con el tubo del teléfono le pegué muchas veces hasta que le brotó sangre de la cabeza.
Lo alejé de mí con los pies y me levanté. Lo miraba atentamente mientras retrocedía. Fui hacia la cocina me lavé la cara y me sequé, cuando volví al comedor Klark había desaparecido.
-Por Dios... voy a llamar a la policía.
A la mañana siguiente un guardia me especificó:
-En el prado hayamos un cuerpo totalmente carbonizado que poseía un cuchillo en su mano, no hay duda que sea Klark Shesfferson, se mató el mismo quemándose...
-¿Pero porque querría quitarse la vida?
-Era psicópata... se puede esperar mucha locura de esas personas.
-Ahora me siento mucho más tranquilo, ya sé que no volverá, gracias oficial...
Por la noche.
Estaba sentado leyendo un libro de ciencia-ficción... noté ruidos fuera de la casa y pense:
-¡No! El no puede ser... esta muerto.
Corrí hacia el celular pero se escuchaba mucho ruido en la línea. ¡Que hago!
Me apresuré para llegar al comedor y horrorizado descubrí que allí permanecía Klark, el maniático, al parecer entró por la chimenea.
Quise escapar por la puerta pero estaba cerrada y las llaves habían desaparecido, Klark las había tomado.
Junté el libro grueso que leía y se lo arrojé sobre la cabeza.
Klark cayó al suelo, sin embargo se levantó al instante. Despojándose de la remera se abalanzó contra mí tirándome al suelo. Me colocó la remera en la boca y la nariz para ahogarme.
Lo arrojé con los pies y cayó de espalda. Recogí un palo, que poseía para remover las brasas y se lo clavé en la espalda, justo en el pulmón derecho.
Al penetrarle el palo, le brotó sangre de la boca, no obstante resistió el dolor agudo, y se levantó, sacándoselo del pecho.
Klark desvaneciéndose cayó una vez mas al suelo.
Me acerqué a lentamente hacia él, para comprobar si poseía las llaves.
De repente abrió los ojos, yo lleno de furia lo levanté de la chaqueta y lo arrojé con ímpetu contra un gancho, el se clava la nuca y muere...
Hay buen suspenso , pero la historia paso a paso es predecible...