Hubo un día en que supe sin ningún raciocinio, lo que acaecía dentro de mí. Por primera vez, pese a tu ausencia, sentí aquello en que tu presencia consistía. Sentí que el aire sé hacia camino entre los dos, que no existía la distancia, que algo tuyo me alcanzaba y que quería entrar en mi, y yo no podía jadeante e inmóvil, hacer mas que aceptarlo. Era un extraño estado de relajación y de expectación: tu presencia se manifestaba no-solo en la mente sino en el cuerpo, y más aun en él. El espíritu y el cuerpo en aparente lucha, buscando la unificación. Es un hecho que llegan a juntarse, pero después de establecer que lejanos están el uno del otro y sin embargo se requieren. Se necesitan. Era como un sufrimiento deliberado: el de comprobar lo remoto que la mayoría de los mortales están. El mundo del cual habita, come, se arrepienten y dudan. Y sin embargo ahí estaban los dos, mirándose sin sonreírse, sin moverse ni saludarse, solo presentes el uno en el otro, uno para el otro. Esta presencia era como la avanzada de Dios que anula por adelantado las ofensas, las revueltas contra él, los ateismos, las blasfemias, todo. Su amor no se ocupa de represalias ni de desquites, no posee una memoria mezquina y rencorosa. Eso es deficiencia de nosotros. Los humanos. Es su mirada lo que reúne a los dos -el cuerpo y el espíritu- Eso es el AMOR.
Y como en un sueño, comencé a escucharte, a sentir tu respiración, los latidos de tu corazón, el pulso de las muñecas, el de las venas en las sienes, el temblor de las manos. Y supe que algo había cambiado para siempre. Que a partir de ese instante nada seria igual.
Hoy, mas sereno, amándote en silencio sin esperar nada a cambio, no habiendo sido tentado por cuerpos y rostros hermosos, ni por la riqueza, ni por la libertad, ni por los goces; pero si por un amor fuerte y sereno y hondo que ofrece presentes desconocidos y felicidades sin revelar, misterioso aun.
Es tan grande la ausencia de interés personal y convencido que hay que hacer lo que se ama y amar lo que se hace, que intento decirte ¡Mira tu interior¡
Mi amor es muy grande, contradictorio a los hombres ¿Qué sentido tiene amar a los que te aman, Que merito hacer el bien a los que te lo hacen? Amar es amar a quien no te corresponde, es hacer el bien por el bien mismo. Por uno mismo. Se trata de mirar la vida de un modo distinto, no imaginada, no soñada; de un misterio que nadie podrá compartir, de un impulso que me vincula quiera o no, me oponga o no. La gente busca lo que a nosotros se nos ha dado, vive soñando que les suceda lo que nos sucede ¿Nosotros podemos desperdiciarlo? Quizás no tengamos que fijarnos demasiado en lo que nos perturba, lo que nos amedrenta, lo que vemos sucio o feo en la vida, o nuestro cansancio. O quizás no hay nada que entender y las cosas son así desde el principio y nosotros al hacernos preguntas somos los equivocados de antemano... Tendríamos que abrir los ojos y aceptar sin cuestionarnos nada, ni la vejez, ni la muerte..., ni el amor.
Prestarle atención a la luz del mundo, a sus milagrosos tonos, al aire trémulo. Como los sonidos ordinarios adquieren una musicalidad extraordinaria, que el aire es mas aire, mas agua el agua, más habitable la mañana. El amor nos nombra Reyes y esclavos a la vez. Y si en este instante se hundiera el mundo, ninguno de los dos lo percibiría, porque cada uno de nosotros es el mundo, entero y verdadero, cumplido y accesible para el otro. Amarnos es procurar por todos los medios y con todas las fuerzas, abrazarnos estrechamente en la alegría y en las tristezas. Es amar los atardeceres limpios y sin mancha, es amar el silencio de la noche que lo envuelve todo.
Debo confesarte algo, soy celoso. !Tengo mis motivos por supuesto¡ Si incluso a veces soy engañado por mis mejores amigos. Tu no me cuentas nada, inmutable, te gusta, te encanta engañarme. Pero siempre me entero y eso duele.
Un amigo del alma – de los preferidos- me dijo un día
Marcos, quieres que le lleve algún mensaje a ..ELLA..
¡Por supuesto! Ve hasta ella, acércate suavemente y deposita mi beso en sus labios. Hazlo con cuidado, debes de entender que ella a veces te tiene terror. Sobre todo en esta época, que te pones como loco y arrasas con todo.
Y cumplió. Tanto que de ti se enamoro. Te acaricio el rostro, envolvió tus cabellos y penetro hasta tu cuerpo. Tu nada dijiste, salvo un suspiro.
Desde el cielo mi amiga estrellita miraba la escena. Te defiende. Creo que te quiere mas que a mí. Siempre dice que tus ojos tienen una hermanita perdida.
También Sol me engaña, dice quererme pero siempre esta contigo cuando sales desnuda.
Él si que arde, no es como Luna que se contenta en tu soledad. (Te tiene toda para sí)
Nubecilla lo hace rabiar a Sol porque sabe que soy celoso y entonces se interpone entre los dos.
La adoro a Nube; pobre, a veces me dice ¡por favor amigo mío¡ Creo que ELLA se enoja conmigo!
Cada vez que la cuido de Sol, se levanta y se va.
¿Qué voy hacer con este Sol amigo mío y dentro de mí?
¿Y con la Noche que escucha tus suspiros, y la Tierra que me cuenta tus pasos? ¿Qué voy hacer?
Y con Lluvia que compite con Sol, para ver quien te acaricia mas?
¿Qué voy hacer¿
Sí aunque este contigo; seguiré celoso. intranquilo, porque y Dedos, y Labios, y Aliento, y,...
¿Qué voy hacer? ¿Que voy hacer, amada mía?

Mateo Colon Sábado, 13 de Noviembre de 1997 6:30 p.m.