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Categoría: Hechos Reales

rinconadas

en uno de ellos estoy, o sea, en un rincón, pienso que estás en uno diferente al mío. debe tener esquinas o bordes diferentes, coloreadas esquinas, muros mas altos que los míos, seguramente hay ventanas a lo alto de todos los muros, personas viviendo en cada una de esas ventanas, ventanas limpias, con gente viviendo en ellas, y cada uno de ellas no saben que vives en un rincón parecido al mío, y ves, desde la arista en donde estás, una que otra persona circulando a través de tu rincón. es seguro que no te encuentras tan solo, como yo, que hay un ser humano a tu lado, puede que la quieras o no, pero allí está, a tu lado, en tu rincón, aunque esta no vea las cosas del mismo ángulo que tu, pero allí está, a tu lado, ese ser que te quiere o te soporta, no importa, pero está a tu lado, puede, además que tengas cría con ella, o él, no lo sé ni me debe de importarme, pero, sinceramente, me importa porque al igual que tu, estoy en un rincón, y cada persona que puebla este mundo en que vivimos, está en su propio rincón, aunque no todos se den cuenta de ello. unos van y vienen por todos lados de este espacio, pero, a la larga, terminan en su propio rincón, en una cama, agotados de tanto irse tan lejos, de haber cometido aciertos o no, pero todos vuelven a su rinconcito, ese del cual han salido desde que eran unos niños o quizá unos adolescentes, no lo sé con certeza. pero para qué vamos hablar de los demás, hablemos de nosotros, de nosotros que estamos tan solos a pesar que hay bulla de gente a nuestro alrededor, que gritan nuestro nombre, que besan nuestros labios, que muerden, hacen cosquillas, es decir, que no cesan de tocarnos para sacarnos de nuestro propio rincón. en verdad, somos tan parecidos. tienes un cuerpo y las mismas ganas de sentirte tan bien como yo, o piensas en hacer las cosas bien. y si has crecido en un ambiente miserable, tan solo esperas que el dios bueno te perdone lo único que aprendiste en hacer por la vida, que era robar lo que no tenías, para sobrevivir, pues nadie te enseñó a pedir ni a conseguir lo que tu ser necesitaba. en fin, es la historia de la gente que no tuvo mucha mas suerte que nosotros. en fin, para qué hablar de este mundo que para luchando contra sí mismo, con palos, balas, fuego, hambre, dinero, gritos, dientes, leyes, ropa, prejuicios, conceptos morales y religiosos... luchando contra sí mismos, sin saber que todos estamos en el mismo rincón, en el mismo lugar, sólo que miramos desde diferente ángulo. nadie lo sabe, o todos lo saben pero nadie lo recuerda, pero esto, tanto como yo, tu, lo sabes muy bien, y si no lo sabes es que lo has olvidado, pero para eso estamos los otros, esos que ya perdieron la ilusión en este mundo y que tan solo desean estar bien en su propio rincón, sin que nadie mas que su sombra les abrigue, y sus recuerdos sean esa lumbre que caliente su pasado, y sonríen por haber vivido tanto tiempo como un niño, un palomilla, uno de esos que aprendió que todo debía hacerse como la gente mayor, pero que nunca se comió esa historia de la gente cuadriculada, uniformada, de esas personas que miran con sospecha para ver si alguien cometió error, sin darse cuenta que nacieron de un error y viven de puros errores correctos, llenos de aplausos y diplomas y eso que suelen llamarle gloria por cierto tiempo hasta que llega eso que llaman ancianidad y dejas tu coliseo de lucha y tienes que volver a tu propio rincón, y estos siguen sin saber qué animal los pateó, no se da cuenta que la gente que le dio instrucción para vivir sólo cometen error tras error, así como los que llevan este globo de tierra y agua hacia una gran bola de fuego... pero eso ya lo intuyes muy bien, yo ya me cansé de ver ese tipo de personas y ya no salgo de mi rincón, por supuesto que salgo a la calle, me río como un tonto, trabajo y saco dinero para comer y vestirme, y comprarme un libro, pero para nada mas... ¡ah!, bueno, y si aparece uno de esos coños peludos como mi mas negro deseo, agradezco y le doy la bienvenida, también le canto su "toma chocolate y paga lo que debes", para que disfrute así como yo lo disfruto. hablo de eso que suelen llamarlo el sexo privado, el amor novelero pero intransigente, pero, eso lo sabes también, y duermes así como yo, todas las noches, soñando acerca de las cosas que mas desearías hacer, o sueñas con esos miedos que llegan en forma de patadas a tu almohada, en tu rincón, así como todas las noches en tu propio rincón... y ya creo que debo dejarte este mensaje que tanto has esperado, claro que lo sé, ya lo sabes y te parecerá que no es mas que una locura haber leído este mensaje que sólo habla de un espacio, un pequeño espacio, tan pequeño que sólo entra nuestra esencia, nuestro ser sin paredes ni ventanas, no ruidos de vecinos ni perros con orina, ni nada por estilo… pero, aún no debes perder las esperanzas, aún hay gente así como tu que gusta de leer cosas sin más sentido que la vida, que es como la miel, sólo cuando la lees concentrado y sin ruído de nada…


san isidro, marzo de 2007
Datos del Cuento
  • Autor: joe
  • Código: 18267
  • Fecha: 19-03-2007
  • Categoría: Hechos Reales
  • Media: 5.36
  • Votos: 118
  • Envios: 1
  • Lecturas: 3177
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