Hoy, desperté con un olor a sangre, un olor a locura, un olor a sufrimiento…
No me di cuenta de lo que era, hasta que observé mis manos, no es mentira lo que observe, fue sangre, calida y amenazadora al mismo tiempo al igual que trémula y sosegadora. Reaccione una vez mas de lo que había pasado, no podía recordar nada, solo recuerdo, haber estado contigo ayer: te encontré, te invite a salir…
Si, te invite a salir mujer, durante mas de 3 años estuve pensando en tu sonrisa roja al punto de una fresa, tu cabello fino, tan fino como seda color olivo, tus ojos azules solo hipnotizaban mis pensamientos, y tu figura, tan voluptuosa como siempre.
-Muy amable- me dijiste tú.
-No es amabilidad hermosa niña, la verdad es con una finalidad- Fui directo al punto principal.
La verdad es que nunca me había gustado andar con rodeos, y ahora menos, no lo arriesgaría todo solo por hacerme un poco interesante.
Al final después de un poco de ruego, aceptaste. Siempre recordare el sentimiento de satisfacción, emoción y alegría que a un kilómetro de distancia se podía observar en mi rostro. Te tomé de la mano y camine contigo, 1, 2, 3, 4, 5 cuadras, hasta que por fin, llegamos, al lugar mas reconfortable de todo este pueblo, por cualquier lado se podía ver una pareja, disfrutando de una suave tarde de primavera.
Te propuse sentarnos un rato, para platicar, observarnos……e incluso besarnos, bueno lo de besarnos solo lo pensé.
Con muy buena cara tu aceptaste, quien iba a pensar que esa cara, solo tenía un mensaje, humillación.
Platicamos toda la tarde, hasta que dieron por fin las 7 de la noche.
-Se esta volviendo muy noche- Te dije.
-Si, será mejor que nos vayamos- Me dijiste, la verdad es que en ese momento yo pensé que ya te tenías que ir, cómo no me di cuenta que lo que querías era librarte de mi.
Pero antes de avanzar siquiera una cuadra, te invité a cenar a un lugar bastante popular, se encontraba a menos de 2 cuadras.
Tu aceptaste, se te veía un poco de incertidumbre, no entendí por qué…
Llegamos, al restaurante y había bastante gente, sentía millones de miradas, picando, surcándome como millones de avispas, entonces, escogimos una mesa, y cuando me di cuenta, alguien se te acercó.
-¿Quién es el perdedor con el que vienes?- Te susurró, enviándome una mirada amenazadora.
-Un nadie- Dijiste tú.
Un nadie pensé decepcionadamente y contesté.
-Soy su futuro novio- Al decir esto me exalte tanto que grité tan duro que toda la gente del lugar, me escucho, entonces, ahora no solo me quemaba la piel por sus miradas, si no que sentí como mis orejas explotaban, toda la gente se reía de mi, podía oír sus palabras: -Que patético-, -Pobre imbécil-, -Es un inútil-.
-Mira, yo solo salí contigo, por que no tenía nada que hacer, pero parece que ya encontré algo, será mejor que te vayas- Me dijiste, cortando mi corazón en trizas de porquería y suciedad.
Entonces, agarre el cuchillo, que más que destinado para el pan, iba destinado para tu corazón. Entonces mi vista se nubló.
Y aquí me encuentro, en este cuarto oscuro, donde las paredes tienen colchones, que raro…
Llevo aquí mas de 3 días, y no aguanto las ganas de que me dejen salir, para irte a buscar y comunicarte que estoy bien, y que seguiré luchando por ti.