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Categoría: Terror

su terror lo mato

Tengo miedo, mejor dicho verdadero terror a las cosas ocultas, misteriosas. Cuando escucho hablar a alguna persona de posesiones diabólicas, brujería o algo así, me voy, no quiero oírlas. Cada noche, cuando salgo de la oficina paso un autentico calvario para llegar a mi casa, pues voy andando y mi imaginación empieza a trabajar. En cada esquina veo a un monstruo, y empiezo a correr como un poseso. Ustedes se preguntaran porque no he ido a un psiquiatra. Lo he hecho, pero no me sirvió de nada. Me dijo que todas esas alucinaciones eran debidas a mi excesivo trabajo, me recetó unos comprimidos, que fueron peores pues no me podía dormir cuando los tomaba. Y así estoy, medio loco. Cada noche lo mismo.

Ahora salgo de la oficina. Siento como si alguien me siguiera. Ya empieza. debo serenarme, controlar mis nervios. Oigo pasos, quizás sea verdad que me siguen, a lo mejor un monstruo quiere atacarme. Lo he leído en alguna revista, que desaparece gente y no se sabe más de ella. Dios mío, y si fuera verdad, y si una noche algo me ataca y no vuelven a saber nada de mi. Ya me queda poco camino para llegar a mi casa. ¡He visto una sombra!...Mi corazón ha dado un vuelco. Debo estar tranquilo, lo tomare con filosofía. ¿Porqué me van a matar a mi?. Concretamente a mi. Con la de gente que hay en el mundo, en esta ciudad, tiene que ser justamente a mi. He sido un estúpido al asustarme así; ya casi estoy en mi casa. ¡Ah, que alivio, allí no me ocurrirá nada; cenaré, veré la televisión y luego me acostaré. Y mañana será otro día.

Ya veo mi portal, que alegría, y no me ha ocurrido nada, que me iba a ocurrir. ¡Maldición, he visto otra vez la sombra!. Ah, menos mal, ya estoy en mi casa; ahora cerraré con llave y ya no podrá entrar nadie. Pero, que digo, si es algo maligno lo que me acecha puede entrar cuando quiera y como quiera en mi casa. Ahora es cuando más necesito compañia. Que rabia, porqué no me casaría con aquella muchacha de la oficina. Al final se casó con Antonio, pero ella se fijó antes en mi, y yo como un idiota no le hice ni caso, que estúpido fui. En fin, para que lamentarse. ¿Como se llamaba ella?. Ah, si; Isabel...bonito nombre; ella también era bonita, sus ojos azules como el cielo, su cabello rubio plateado y sus labios tan sensuales. Pero, porque me he acordado en estos momentos de ella. ¡Bah, ya he cenado, me voy a acostar. Espero que mañana me levante con más ánimo; Buf, que frio hace, y empieza a llover. Bueno, me voy a desnudar y a meterme en la cama.-

-Hum, esta percha está a punto de partirse, tendré que comprar otra, si me acuerdo.

Pensando en todo esto se puso el pijama, se acostó y apagó la luz.

Intentaba dormirse, pero no lo conseguía, sus ojos se negaban a cerrarse. Se quedó mirando a un punto concreto de la habitación. Y de pronto un grito salió de su garganta. ¡Dios mío..., parece la sombra que vi anteriormente. Su cuerpo se convulsionó totalmente y empezó a temblar. ¡Maldita sombra, no me cogerás. Está acechando a que me duerma para saltar sobre mí; seas lo que seas no lo conseguirás. No me dormiré. Pasaban las horas y los párpados de Luis empezaban a cerrarse. No lograba mantenerse despierto. ¡Dios mío... debo lograrlo, debo estar despierto. Escuchó las campanadas del reloj de pared. eran las tres de la madrugada, tenía tensos los músculos y todo su cuerpo le dolía horriblemente. Seguía mirando hacia aquel punto. Allí estaba la sombra que tanto horror le estaba haciendo pasar; quieta, inmovil. ¿Qué podía ser? ¿Algún monstruo? ¿Un ser de otro mundo?. Luis pensaba y cada vez se aterrorizaba más y más. De pronto, sacando fuerzas de flaqueza intentó levantarse y entonces vio como aquella cosa se movía hacia él. Iba a echarse sobre su cuerpo, hacia sus pies, se los cogería.-

-No, no, no, Dios mío......Socorroooooo....

A la mañana siguiente los vecinos entraron en la casa. De noche habían escuchado horribles gritos. Querían saber lo que ocurría allí y lo consiguieron. Lo que vieron, fue el cadáver de Luis en su cama con los ojos desorbitados, las manos crispadas como queriendo escapar de algo y una expresión en el rostro de TERROR infinito.

A sus pies encontraron una gran percha tirada encima de la cama. Esa era la sombra que Luis había visto, su propia percha, que había caído por el peso de la ropa......
Datos del Cuento
  • Autor: incognito
  • Código: 13053
  • Fecha: 22-01-2005
  • Categoría: Terror
  • Media: 5.86
  • Votos: 64
  • Envios: 2
  • Lecturas: 1793
  • Valoración:
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