El sol asomaba como hilos dorados sobre esos cabellos. Allí sentada, bajo un árbol trunco. se situó, aquella niña mujer rozando sus labios en esa página olvidada. Su amor perdido, en sus ojos rojizos dejaba caer una lágrima inmensa. Nada la consolaba, sólo atinaba a dejar un rastro en ese suelo yermo. Sin querer, se acercó una alondra, pálida y se posó en su hombro. Ella ensimismada con su lectura, no vió esa encantada ave, murmuraba al oído su desdicha, ese dolor impenetrable en su corazón, latía y latía como reloj sin horas. El tiempo pasaba y el sol caía en el lago; el ave voló hacia el horizonte. se deshizo en un rayo de luz. Sin darse cuenta esa alondra se transformó, en una silueta eterea. Allí... levantó sus ojos y como un sueño vió a su amado. El, arrogantemente vestido, casi tan alto como príncipe sin trono. sus ojos se cruzaron, mientras sus labios dejaban escapar un suspiro, la tomó de su cintura, pecho con pecho cadera con cadera mientras sus manos temblorosas caían estrepitosamente en sus cuerpos febriles. Ella sin decir nada se envolvió mágicamente entre su cuerpo y diciéndole al oído:
_ ! soñé poder decirte cuánto te amo!
él con su vista acompañaba sus labios.
_ Esperé tejiendo cada noche, en cada trazo eras vos y en cada lágrima estaba mi corazón,
enmudeció al ver tanto amor reflejado en ella. Sólo atinó a decirle:
-Amada mía he venido de la guerra, donde no pude despedirme. Porque tú no sabes uno allí parte pero no sabe si vuelve.
Aquí estoy, cada carta, cada rosa, cada noche cada mujer que veía solamente estabas tú y nadie más.
Querido mío dijo:
-!Tú me dirás que no has conocido otra mujer!
con sus manos temblorosas, sin respuesta dijo:
-no te mentiré amor, si hubo otra...
pero nadie, ni la mujer más bella pudo ver dentro del corazón, lo que padecí por tí.
- Mis ojos, mi corazón, mi vida era solo tuyo.
a mis ojos tu eres lo más bello en esta tierra
ni el dormir a la intemperie, ni ver caer a mis amigos pudieron mellar mi vida.
_Y tú,¿ que me puedes decir de aquel pretendiente cercano a tu casa?. Tú sabes, tu madre nunca me quiso.
_ Amor mío, nunca me case ni me doblegue ante él
si, te diré que en un momento de debilidad confundí ese amor con deseo insatisfecho.
_! Perdóname amor !
_ !perdóname querido!
¿Qué te puedo decir? dime...
Partí, nunca supiste de mí, no pude tenerte entre mis brazos. yo supe, de allí no se vuelve.
Mi tristeza es solo... no haber podido amarte en su momento.
Mi tristeza es saber que empuñe un arma y maté querida mia:
Es ahora dicha y felicidad
- ! te amo lo demás no importa!
_ mi vida es tuya hasta que tú decidas
- cuando y donde moriremos en nuestro amor
ahora, estaremos juntos hasta que los cabellos entrecanos cambien esa pasión nuestra, por una paz interior. Hasta que dios nos llame hasta que dios nos separe por eso te digo:
-!te amo!
he aprendido que luego de padecer, se llega al amor despues de haber padecido.