Hoy te volví ha ver y me enamoré de ti mas que nunca; por un momento quise levantarme e ir a abrasarte, pasaste frente a mis ojos y quedaste inerte en mis pupilas, en ese momento quedé sin decir nada otra vez, mi voz callada engrandeció el silencio con un te quiero vida mía y cómo hacer para que te des cuanta, ya que si te veo me muero por un instante; me pregunto cómo hacer para conquistarte, si mantengo en secreto mis palabras.
Cuando no estás a mi lado, de lo más profundo de mis pensamientos resurgen tus recuerdos, imaginándome el aroma de tu pelo y cuando paso frente al espejo se pierde mi silueta y aparece tu imagen platicando con la mía como nunca lo habíamos hecho. Me envuelvo en mis sueños, en ese mi mundo de cuentos, pensando en que te debo decir sin que pase el tiempo, “me lo reprocho” necesito una idea, un plan perfecto en el cual no tengas escapatoria, en el cual te des cuanta que existo, que te des cuanta que vivo contando estrellas por ti desde hace tiempo, que para mi tú eres el lucero que ilumina mis oscuros sueños, mis pesadas noches y mis desvelos.
En las noches, cuando principian mis sueños, solo necesito cerrar los ojos para volverte ha ver; lo que más me gusta recordar es cuando te conocí, yo sabia que eras un lucero que se había derrumbado desde el cielo para que yo lo pudiera ver y sabes creo que no me equivoqué, un lucero que ahora vigila mis pesados sueños ya que siempre esta ahí, no en la realidad, solo en mis tontos cuentos.
En mis pesadas noches, cuando platico contigo, te declaro mi amor sincero, te digo que mis sueños se han formado de ti, de tus ojos, de tu cintura y de tus imaginarios besos y en ocasiones por estar pensando en ti se me quita el sueño y parezco muerto que aun sigue viviendo. Al volver a mi realidad, los momentos que te veo son momentos pasajeros, un instante en mundos tan distantes, -- yo viviendo en mis locos sueños. – Tú en una ordinaria realidad que detesto. El único lugar en donde me gusta estar contigo es en mis cuentos, donde nos conocemos desde hace tiempo, donde entre tú y yo no se interpone la distancia, si te quiero mirar solo cierro los ojos: no te has ido, nunca té irás.
En mi tonta realidad platico solo, me gusta hacerlo, busco un lugar alto donde a mis palabras las arrastre el viento, y espero que lleguen hasta ti y las oigas como nunca lo has hecho. Siempre vivo imaginándome cuentos, donde piensas en mi y yo en ti, es mutuo el cariño, de pronto vuelvo a la realidad y desbordo una carcajada en el viento estremeciendo mas el tiempo en el que vivo, sé que existes no solo en mis pensamientos, sé que compartimos el mismo aire, la luna y el mismo cielo.
Ahora dormiré, con tu imagen en mi, como siempre; al amanecer te buscaré, entre tantos rostros, que la verdad no sé si algún día te hallaré.