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una adiccion mortal

Una adicción mortal.

Lo probé, está bueno, un poco caliente pero bueno, ese primer sorbo fue como probar la gloria, tomando en cuenta que estuve en abstinencia durante 2 meses.
Al sentir todo ese sabor en mis papilas gustativas, todo mi cuerpo saltó de emoción, esa droga me recorrió por dentro.
En ese momento mi ser tuvo otra gran duda ¿continuar o detenerme?...
Luchar contra mi cuerpo y seguir reprimiendo mis deseos, mis sentimientos o dar rienda suelta a esa bestia que se esconde dentro de mi.
El mesero se alejó asustado al ver mi reacción a esa deliciosa bebida, incluso, creo, pensó en llamar a los servicios de emergencias, pensando que yo era un loco, ¿loco yo? No pude ser yo sólo soy una persona con un pequeño problema de adicción. Me imagino incluso hiendo a las platicas para dejar el vicio.
Me imagino a todos sentados en un circulo, en un cuarto grande con un psicólogo, un psiquiatra, un doctor y un guardia.
Seguramente me pedirán mi experiencia, y yo les diría:
-Dejarlo ha sido lo más difícil de mi vida, incluso, en ocasiones pagué muchísimo dinero; mi familia ya no me veía igual. Yo pasaba las 24 horas del día sumergido en ese delicioso vicio.
-Me empezaría a poner sudoroso por el simple hecho de recordar su sabor; el hecho de probarlo en mi mente. ¡ah! Que delicioso sabor. Cómo me gustaría probarlo.
-No detente, no siguas, aléjate de ese vicio, no vuelvas a caer.
-Pero, es que me gustaría dar tan sólo un sorbo, un sorbo del mismo sabor; de esa mezcla tan especial de Colombia.
¡ah! Ese aroma me incita a todo, dejo de ser yo, me he convertido en ese animal devorador que no se complace con nada.
Con todo lo que tengo y todo lo que soy, puedo pedir uno mas, pero algo muy dentro de mi, me detiene, me dice: No, no lo hagas, si lo haces, volverás a caer en el vicio...
Pero es que estos 2 últimos meses han sido fabulosos junto a mi familia, los pude ver más, pude dormir con mi esposa, pude levantarme ese domingo a jugar con mis hijos.
Hay quien tira todo eso por tan sólo 100 gr. De esa preciosa mezcla de Cubana.
¿qué hago? Mi cuerpo me lo pide y mi mente me detiene.
Mi mente se apodera de mi, es como si mi lado izquierdo me dijera, entrégate, haz todo lo que quieras, no luches mas, ingiérelo. Y mi lado derecho me dice, no vuelve con tu familia, no sigas por ese mal camino, no vuelvas a las andadas.
Cuando lo veo me quiero entregar a el, me derrito ante sus tentadoras técnicas de disuasión, para hacerme regresar a el.
Incluso cuando no lo veo ciento que tengo uno frente a mi y me lo imagino.
¿pecar ó no pecar? Ese es mi dilema que hago, por un lado mi deseo de tenerlo cerca, de sentirlo, de probarlo, de olerlo, cuantas cosas no aria yo con esa deliciosa ración.
En cambio por el otro esta ese mi deseo de superación, el recuerdo de la familia sufriendo por mis noches de desvelo.
Bueno pero volviendo al tema, me imagino a toda la sala, burlándose de mi adicción, todos ven que yo realmente no le he dejado, todos verán que fui débil, que no pude evitarlo, ci de nuevo en sus garras.
Yo me enojare, gritare, iré con el más cercano y descargare mi ira contra el, seguramente el guardia me detendrá, el psicólogo dirá que eso esta fuera de sus manos, el psiquiatra me diagnosticara psicosis o demencia, el médico me sedará y dirá que sufro de una dependencia muy severa, todo saldrá muy mal, que bueno que yo no boy a esas juntas.
Aunque creo que sería muy bueno que fuera, es que nomás lo veo y tengo que dejar lo que estoy haciendo para poder darle paso a mis instintos arraigados, por mi adicción.
Es que siento que es dueño de todo mi ser, lo puedo consumir en muchas dosis, incluso cuando estoy muy desesperado lo ago en lugares públicos.
¿cómo le ago?¿qué digo?¿en que pienso?¿qué tengo que hacer? Para apartarme de este maldito vicio.
Lo ago en las mañanas, en las tardes y en las noches, no me importa si es en ayunas o bien comido, no importa si es de calidad o barato, yo solo necesito la dosis ideal para hacerlo.
En ocasiones he tenido que llegar al hospital por los efectos que produce en mi cuerpo, ya no retengo líquidos, mi pulso es malísimo, padezco de insomnio, y aun así lo amo, quiero seguir a su lado.
Esto es una fijación, no puedo hacer nada sin el, en el trabajo, me lo da, obviamente de contrabando porque está prohibido su consumo en la oficina, en la calle lo venden, en mi casa todos lo ven, ya, como algo normal y eso no esta bien, no quiero que mis hijos caigan en el mismo error que yo.
No quiero verlos sufrir, esto me da fuerza para dejarlo, pero nunca es lo suficiente, este maldito vicio me trae vuelto loco.
¿cómo le ago? Digan me ¿qué hacer?¿cómo actuar? Y créanme yo cumplo, en ocasiones es algo difícil pero trato.
Es que porque no hay algo así como un parche o un chicle para dejarlo.
Me doy cuenta de que mis amigos estaban muy equivocados, ellos me dijeron:
“Ándale nada más uno, para estudiar, no pasa nada, nunca te haces adicto a esto”.
El problema fue que ellos si supieron cuando poner un alto y yo la verdad nunca pude.
Siempre desde que cumplí los 17 años hasta la fecha que tengo 56 años lo he tenido que usar. En un mes cumplo 40 años pegado a este maldito vicio, y saben lo que más me duele, es el hecho de saber que alguien se esta afectando y ese soy yo.
No se como yo siendo medico y sabiendo los estragos hacen todas estas cosas lo sigo usando, cuando alguien me ve me dice ya no lo hagas yo les digo esta es la ultima vez pero en mi interior digo “como si fuera tan fácil cabrón”.
Bueno un consejo que si les quiero dar a todos los jóvenes, aléjense de las adicciones, mírense en este espejo, como me ven se verán u como se ven me vi.
Y enserio cuando les ofrezcan rechácenlo mírenme a mi yo empecé con una dosis a la semana, luego fue una ocasional, después una diaria , luego fuero 3 diarias y así siguió aumentando cada ves mas el numero de veces al día.
Y hoy que quiero dejarlo me veo frente a el y me digo quien es mas fuerte tu o yo desgraciadamente durante los últimos 10 años mi respuesta ha sido tu.
Cuando me pare frente al mesero hoy, el no me quería vender pero a fin de cuentas le llegue al precio y por una elevada cantidad el puso frente a mi una deliciosa mezcla de Cuba la cual estoy acompañando con un cigarro en estos momentos.
Hoy en día es fácil para mi pues mi adicción es mas común y puedo conseguir mercancía en restaurantes, bares, en hoteles, e incluso en el supermercado.
Y eso me da pena auque no crean yo he sufrido mucho a causa de esto, pero creo que sólo estoy pagando muy poco para lo que otros has sufrido.
En una ocasión platique con un abastecedor, que era mucha la gente como yo pero que desgraciadamente los muchacho eran los mayores consumidores, incluso hay padres que inducen a sus hijos al vicio, me dijo.
Esto me dejó en shock, qué hubiera pasado si mi papá me hubiera inducido desde pequeño, creo que una de dos opciones hubieran ocurrido.
1.- me hubiera gustado y me hubiera unido aún mas a este vicio, creo que alo mejor para estas fechas ya estaría muerto.
2.- lo hubiera visto más normal y no hubiera caído tan fácil en sus garras, porque no hubiera sentido morbo u curiosidad por probarlo.
Bueno pero lo hecho, hecho está y no se podrá cambiar con nada, pero como me gustaría dejarlo es que sufro mucho y sólo puedo pensar en consumirlo de nuevo.
Ya se que parezco disco rayado pero cada vez que lo veo, lo huelo, lo pruebo, incluso con solo escuchar hablar de el, yo pienso “como me gusta el café”.
Datos del Cuento
  • Categoría: Urbanos
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