no se sabia cuando ni como habianse dado ciertos hechos a Ruperto, el protagonista que esta vez le cambiamos el nombre para corregir un error del autor; todo habia comenzado a brillar y resplandecer, dejando toda forma a los ojos jovenes del chico mientras brillaba aquella moneda de laboratorio hurtada por el, en su afan de conocer lo valioso del dinero. la imagen del objeto desaparecia mientras la moneda giraba y brillaba, misteriosamente. cuando ruperto se recupero de la luminosidad que lastimaba sus pupilas y apenas ubicandose en el tiempo, abrio los ojos; el lugar donde se hallaba ahora no parecia la escuela, ni aun la calle donde salia hacia su casa. penso po run momento que se habia perdido o bien, que su madre le habia mandado a un mandado y se habia equivocado de calle. con estas resoluciones y suposiciones se fue caminando, caminando. a lo lejos, se oia el canto de un zopilote y despues el aldrido de un perro, que ruperto espero estuviera lejos. las callejuelas tenian aspecto rustico y de haciendas que ruperto se dio cuenta de que no estaba en el mundo real, en su dimension. " caray! ¿ en donde estoy? - se pregunto para si-. tal vez sueño o es alguna pelicula que veo en el cine". confuso y muy inseguro, paro hasta donde se encontraba una iglesia; el reloj de la iglesia acababa de sonar. señal de que el atardecer, que a leguas se notaba llegaba a su fin para dar paso a la noche. con la excepcion que si habian personas. claro, personas que aun mas le extrañaron a ruperto, no obstante lo que sus ojos habian captado al principio en esa regresion. estaban afuera y otras salian con la cabeza gacha; mujeres con sus rebozos y mantillas a la cabeza. parecia que terminaban de hacer un rito sagrado. ruperto los examino desde lejos y sin que le divisaran apenas; el portaba la camiseta blanca que lelvara a la escuela hacia horas, y su pantalon de casa o que era su favorito por la comodidad; una bermuda color verde, de nilon. llevaba sus tenis y aun llevaba su reloj con diamantes azules y una imagen de pokemon. la gente que veia era algo desaliñada, de rasgos humildes; vestian ropa del campo y apenas se oia lo que decian. en eso, ruperto consulto su reloj. indicaba el reloj en su vida normal de aparato las 5:15 pm. pero entonces, ¿ porque donde el estaba aparecia un oscuro atardecer, propio de las 6:45 pm? esta afirmacion le lleno de curiosidad aun mas, todavia. ¿ acaso la moneda lo habia introducido a su realidad? sin esperar mas, dirigio sus pasos hacia la iglesia. al verlo entrar las gentes le miraban de hito en hito o bien, le veian un segundo y agachaban la cabeza en señal de azoro y brusquedad. " pos quen sera este?" ". sera un artillero? ves tu que nomas nos envian soldados aqui a zacatecas". eran los murmullos y exclamaciones llanas o con voz ronca de las gentes que le veian. el no prestaba atencion y al fin, se dirigio a una banca de adelante y de forma maquinal, como una forma de investigar furtivamente se sento y miro hacia el sagrario. la imagen era de la virgen del carmen. parecia bien manejada y trabajada en madera o tapioca. mas ruperto no estaba para reparar en esas minuciosas observaciones. habian pasado unos 30 segundos. cuando un hombre de aproximadamente unos 36 años, le toco el hombro:
- dispense uste, joven; ¿ no sabe que ya termino el misal? el padre Morales ya va a cerrar el aposento. se nota que uste no es de aqui.
ruperto se volvio lentamente. su conmocion apenas le permitio afirmar;
- disculpe, señor. ¿ que lugar es este? yo estaba en la merced, vivo en la merced y ahora estoy aqui. no se.
- pos apenas te entiendo, morro. has de andar perdido o eres de la capital. aqui es zacatecas, aqui es la comunidad de los torrijos. solo que preguntes al municipal. esta a 5 casas abajo.
- y, ¿ usted quien es, señor?-. se aventuro apreguntar ruperto-. usted se me hace conocido.
- martin sabas godinez. pa´ servirle a usted. soy un peon de la hacienda "las penadas" ora que lo pienso, mejor te llevo con el presidente municipal. no sea que te confundan con un villista.
- ¿ un que?-. inquirio ruperto, que ya habia olvidado las clases de historia.
- nomas deja que le entregue al padrecito estas formas-. señalo unos documentos legales-. y orita te llevo. a proposito, ¿ como se llama uste, joven? uste me presento pero no me dijo quien es.
- ruperto vazquez mena, señor martin. estoy en la secundaria.-. sin saber bien a que se referia el chico, este acepto el saludo y se fue a cumplir lo que decia. mientras, ruperto apenas se habia percatado de donde estaba. las mujeres del confesionario lo veian al santiguarse o las muchachas jovenes que acompañaban a su madres en el santuario le echaban miradas inocentes o nerviosas. unas le señalaban. " ¿ que onda con estas chavas? hasta se ven mas mayorcitas que las de mi secu". penso. asi pasaron unas dos horas. cuando llego su lazarillo y le dijo con voz calma a ruperto:
-ven conmigo, muchacho. vamos con el municipal. nomas no te fies de la gente que veas en la calle, porque la sierra es tan maldita.-. sin decir nada, ruperto le siguio. por vez primera supo lo que era cabalgar un caballo; el equilibrio le permitio dominar al animal. al acomodarse bien, el hombre prosiguio a hacer relinchar el caballo y este cabalgo rapido hacia las callejuelas; leves espectaculos nocturnos se veian mientras ruperto pasaba en el caballo regordete y negro con el ranchero a la cabeza del corcel: vendedores con su canasta de quesos con jocoque vendiendo los ultimos del dia a las haciendas, criadas abriendo para comprar o bien, para salir a menesteres de la dueña, mujeres dirigiendose a sus casas derruidas, pequeñas y bajas de pobreza o incertidumbre. algunas con niños en brazos que gemian o pedian comida. los cantos de aves y ladridos de prro aun se oian en otros lugares. ruperto se dio cuenta que estaba inmerso en un momento historico de mexico, su pais. un lugar donde las costumbres añejas apenas desaparecian; mas no la rapiña, el hambre, la rebeldia, desigualdad, lucha de clases ni aun la barbarie. era un lugar que apenas se destruia para dar paso a la modernidad. pero el apenas se lo explicaba. mientras su guia por ese lugar parecido a una cantera brava y llana le miraba por tiempos de reojo como queriendolo reconocer y despues miraba hacia la lejania, que dibujaba una curvatura de casas y terreno mientras se alejaban del aposento monacal: la gente que se hallaba en la iglesia ya habia desaparecido, el viejo sacerdote tras un breve suspiro y dejo de aburrimiento ordenaba con un movimiento de manos a su arisco sacristan cerrar la iglesia. eran las 9 de la noche, en ese lugar bravo: era dimension opuesta al mundo de ruperto. no se pierdan el proximo episodio. (continuara)