Ellos tienen que hablar, tienen que aclarar su situación. quedaron en verse ese viernes lluvioso en la noche, ella mira el reloj se acerca la hora, toma una ducha, se rasura sus piernas, se enjabona y enjuaga su cabello con ese oloroso shampoo que a el tanto le gusta, termina su baño y se dirije al cuarto, seca su larga cabellera negra y aplice crema humectante en todo su cuerpo, se pone su mejor juego de ropa interior ese que resalta su busto y deja ver gran parte de sus glúteos, es vinotinto y contrasta con su blnquisima piel, una vez el le dijo que con esa ropa le recordaba a blanca nieves.

Ella tiene la esperanza de que todo vuelva a la normalidad, que despues de hablar hagan el amor, ella tiene la intencion de hacerlo subir a su apartamento con la excusa de que puede llover.

Ella se aplica loción infantil que por su suavidad él no notará que ella se perfumo para el, se pone esos desteñidos jeans, su camisa de cuadros y esos viejos converse, arregla su cuarto y luego lo desordena un poco, ella no quiere que se dé cuenta que lo arregló para él. Y mientras tanto se pregunta ¿por qué él no la llamó mas despues de decirle tantas veces que la amaba?

Se ira al espejo se pellisca las mejillas y muerden sus labios para que luzcan sonrosados sin necesidad de maquillarse. Ella mira su celular con impaciencia, hace media hora que el debió haber llegado y se hace la idea de que no vendrá, quiere llorar pero aguanta las ganas.

De pronto suena el celular, es un mensaje de él y dice: No voy a poder ir, lo siento.
-¡Maldito Cobarde!- dice ella con amargura.