Por centésima vez los niños del barrio que revoloteaban en el parque se rehusaron a jugar con él - ya verán mañana - se dijo y se fue rumiando la frustración y meditando camino de su casa.
Por la tarde después de la escuela ,los vio jugando a las escondidas - esta es la mía, por mas que no quieran jugaré - y corrió a esconderse en el enorme hueco que tenia la Ceiba mas grande del lugar - aquí no me hallarán - se dijo; al anochecer sintió que el hueco se cerraba aprisionándolo, esto lo ahogaba ,le dolía, pero poco a poco se sintió mejor cuando la sabia viajo por su cuerpo, se vio diferente, aliviado, enorme y poderoso.
Muchos años después, una tarde al final del verano, vio a los nietos de aquellos niños jugando en el viejo parque, y se dijo -soy el mejor jugando a las escondidas, nadie me encuentra - y movió lentamente sus largas ramas de Ceiba que comenzaban a deshojarse.
Përú.Lima 11 de noviembre de 2004
No eres rebuscado, y llegas, que cosa no? sabes suelo leer los cuentos y si me gustan curioseo por el resto de las obras del auto, que bueno que lo hice, porque te descubri.