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Categoría: Románticos

Necesito tenerte

Empiezo hoy "mi diario", mi nombre es Rebeca, y después de dos décadas de sufrimientos, y pesares he decidido poner fin a mi historia, he decidido no continuar.
Para que entendais mi postura, os contaré mi vida, corta pero intensa, llena de penas y situaciones extremas que me han hecho dar este paso que estoy a pocas horas de dar. Pero no quiero irme sin dejar mis palabras, no me quiero ir sin que realmente se sepa mis motivos.
Mi infancia fue buena, pero siempre carecí de unos brazos que me dieran cariño, no tuve padres.
Siendo muy chica, mi madre murió, y mi padre me dejó en un orfanato; estos son los únicos datos que os puedo dar, pues no se a ciencia cierta si esto es verdad o es la historia que me contaron.
En el orfanato tenía amigas, que en realidad eran como hermanas; pero también estaban los niños más mayores, que hacían de las más pequeñas puros objetos sexuales, de ahí mi miedo al sexo. Después de esos años tormentosos en ese sitio, a los quince años, me casé.
Fué una escapada del infierno, para acabar viviendo con lucifer. Mi galante novio se convirtió en mi maltratador marido.
Os situo, lo conocí en el barrio en mis pocas salidas del horferinato. Era un adolescente, no tenía trabajo, estaba estudiando. Era algo que me maravilló. Sabia leer, lo comprendía todo, me explicaba las cosas, había tenido todo lo que yo deseaba, una escuela, lapices, todo lo que la vida me había negado.
Poco a poco fuimos quedando, y la relación se formalizó, pero aún no habia conocido a sus padres; Tenia la impresión de que nuestra presentación se retrasaba por algo, es más no me llevaba con sus amigos, no conocía a nadie de su entorno, siempre ibamos solos, y por sitios tranquilos.
Después de cuatro meses empezamos a tener relaciones, y la inexperiencia me hizo cometer el error que más me pesaria, me quedé embarazada. Una vivencia que debería haber sido lo más bonito del mundo, lo viví con la pena que día a día fué marchitando mi ser.
A raíz de mi nuevo estado, Luis, que ese era el nombre de la persona que más daño me ha hecho en la vida, me presentó a sus padres, y amistades, los cuales no me aceptaron por mi condición social. Yo, que hasta entonces tontamente había sido su juguete, pasé ha ser su verguenza.
Su entorno, un entorno pudiente, no me aceptó, se limitaron a vivir con la carga de que su hijo, un hijo con futuro, con posición social, y estudios estuviera con el despojo de la vida en el que yo me había convertido.
Pasé de ser una niña con ilusiones a ser una flor marchita. La belleza de la mujer que engendra un ser se fué convirtiendo en la cara triste de una mujer atrapada en un mundo que no la aceptaba.
Y Luis, dejó sus estudios, empezó a trabajar, cambio su vida de privilegios por una vida llena de responsabilidades, cambio su rumbo al lado de una mujer a la que nunca había querido, la mujer que se convirtió en una carga.Poco a poco se fué alejando de mí, si es que alguna vez estuvo a mi vera. Se refugió en la bebida, y las primeras palizas fueron llegando.
Intenté por todos los medios de huir, en dos ocasiones casi lo consigo, pero el abanzado estado de mi embarazo lo dificultó y tuve que volver con él.
En una de esas palizas hizo que lo único que me mantenía con vida dejase de existir. Mató mi única razón de seguir adelante, mató a mi hijo. Con ocho meses de gestación, sintiendo en mi ser sus pequeños movimientos, su calor, sus latidos, después de una borrachera y la consiguiente paliza, ese maravilloso don de la vida dejó de existir.
Ese fué el principio de mi final.
Luis esa misma noche me abandonó en un hospital para indigentes, donde estuve casi un mes ingresada, donde casi pierdo la noción del tiempo, y la razón.
Tras ese tiempo conocí a Pedro, un médico bastante más mayor que yo, un hombre viudo, un hombre triste, solitario. Un hombre que había amado, y que la vida le quitó lo que más queria, igual que a mí.
Poco a poco fué empezando a formar parte de mi vida, y sin darme cuenta me encontre enamorada de un ser maravilloso, que casi consiguió llenar todos los huecos existentes en mi vida.
Pronto nos casamos, era la mujer más feliz del mundo, aunque si soy totalmente sincera, en mis ojos todavía existía un pequeño resplandor de tristeza, esa tristeza que sólo conoce una madre que no llega a escuchar el llanto de su hijo.
Pero aún así fuí muy feliz, pero esa felicidad duró bien poco.
A los dos años de casarnos no llegaban los hijos, entonces nos sometimos a pruebas. Entonces fué ahí cuando me diagnosticaron que nunca podría tener hijos. Mi cielo se desplomó, nunca podría dar vida, no podría dar descendentes a este amor. Después de pasados unos meses en los que tuve que superar otras de las grandes pruebas que me puso la vida, la desdicha otra vez se reía de mí.Pedro cayó enfermo, en siete meses la persona más maravillosa a la que más había querido en el mundo, se marchitó y yo impotente sólo pude estar a su lado, no pude cambiar su destino.
De su marcha hace ya casi dos años, dos años vividos en el silencio, en una pena tan profunda que rompe mi alma, no quiero despertar mañana, no quiero ver su lado de la cama vacío, no quiero sentir su ausencia.
Después de mucho pensar, de mucho sufrir, he tomado la desición.
Esta noche me acostaré, como siempre antes de entregarme al sueño me cepillaré el cabello como el solía hacer antes de quedarme dormida en sus brazos, cogeré el tarro de somniferos y me tomare una pastilla tras otra, para entregarme al sueño, ese sueño que cada noche me devuelve a Pedro y a mi hijo.
No volveré a tener miedo ni a Luis, ni a los chicos del orfanato, ni a la soledad, ni a mi vida. Estaré con ellos mis dos grandes tesoros, volveré con Pedro mi gran amor.
Quizás sea cobarde, pero las fuerzas me han abandonado, ya no puedo seguir.
Y aquí quiero dejar mi testimonio, quiero dejar constancia de que existí, aunque para muchos no fuí nada.
Pedro voy en tu busca, viajo hacia tí en el sueño, ese sueño del que he decidido no despertar jamás. Necesito tenerte.
Datos del Cuento
  • Autor: pilar
  • Código: 4974
  • Fecha: 25-10-2003
  • Categoría: Románticos
  • Media: 4.47
  • Votos: 45
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4406
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Comentarios


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1 comentarios. Página 1 de 1
sandra
invitado-sandra 04-11-2003 00:00:00

quiero comentarlo contigo escribeme por que vale la pena una segunda oportunidad de vida y esperar a que llegue la hora....

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