Tengo 38 años, vivo solo con mi hijo de 5 años y nos dicen que nos parecemos. Ahora son las 3:32 de la madrugada y hay algo que no me deja dormir.
Se supone que espero a alguien. Va a venir a visitarme mi padre, sí, va a venir a mi dormitorio, a mi cama. Me lo acaba de decir mi hijo. Y no le daría mayor importancia si no fuera porque mi padre murió el año pasado de cáncer de pulmón. Fue una enfermedad larga, que lo consumió y le hizo sufrir desfigurando su rostro y su cuerpo. Prefiero recordarle tal y como era durante mi infancia.
Lo que os contaba, hace cosa de media hora, desperté notando que alguien se sentaba en la cama cerca de mis pies; me gusta dormir con la ventana medio abierta, y la poca luz que entra del exterior me permitió ver a mi hijo sentado con la cabeza vuelta hacia mí pero con los ojos cerrados. Antes de que pudiera hablarle me dijo que estuviera tranquilo, que el abuelo iba a venir, que lo iba a hacer ahora y que le esperase porque quería hablar conmigo.
Me incorporé, y agarrándole del brazo llevé a Manu, que es el nombre de mi hijo, a su habitación para que siguiera durmiendo, aunque creo que no llegó a despertarse en ningún momento.
Desde entonces hasta ahora no he podido conciliar el sueño, lógicamente, lo que ha ocurrido obedece a una pesadilla del niño y yo ahora debería estar descansando; pero no lo hago, tengo los ojos como platos, la carne de gallina y creo que los latidos del corazón se escuchan desde la calle, maldita sea, soy una persona adulta, tengo que tranquilizarme y no voy a encender la luces ni a tragarme a estas horas una película de vídeo para distraerme. Además si mi padre ha de venir, lo mismo lo va a hacer al dormitorio que a la cocina, digo yo. Intentaré seguir durmiendo.
No puedo, al cerrar los ojos veo de todo: fogonazos, la cara de mi padre en los últimos momentos, rayos, figuras que se convierten en personas. Estoy sudando. Oigo de todo: los párpados al rozar con la almohada, los latidos, las últimas palabras de mi padre. La cabeza me va a estallar.
En mitad de mi desasosiego oigo voces, proceden de la habitación de mi hijo, es él, pero... está hablando con alguien, la otra voz también me es familiar pero no puede ser... mi cuerpo se bloquea, aún así, camino hacia la habitación de mi hijo, lentamente, temblando, intentando ver más de lo que me permite la oscuridad, me asomo por su puerta y lo veo sentado en el lateral de su cama hablando con alguien que está dentro de ella.
- Abuelo, te dije que mi padre vendría. Díle que me estás cuidando bien en su ausencia. Que no sufra más por nosotros y que por fin descanse en paz.
- Todos sufrimos mucho con su muerte porque le queríamos. Duérmete Manu. Duérmete.
Es bueno tu cuento aunque se parece a una pelicula que alguna vez vi...en todo caso esta muy bueno ya que hasta el final te das cuenta el cambio de roles...sigue asi!!!