He caminado tanto que ya mis cansados pies no soportan el dolor causado por las llagas, esas que mis duras sandalias han originado ante mi resistente terquedad, he caminado tanto, peregrinando hasta alcanzar el sueño que tanto perseguí.
Eres tu lucero mío, al fin puedo descansar, la barca que sufrió tantos embates ante la mar embravecida, ha venido a atracar queda entre tus senos, los caballos locos de mis pasiones se detienen ahora de su furibundo galopar y abrevan quietos y relajados en el pozo de tus labios, y yo me asomo a la ventana de tus ojos para ver la luz del Sol que sale tímida, para acabar de una vez por todas con la prolongada oscuridad que fue la noche de no tenerte.
Mis sandalias han quedado a la vera del camino, igual el cayado con el que apartaba gruesos guijarros para no tropezar, el grueso capote de cuero ya no me hace falta, todo ha quedado a la vera del camino.
Ahora puedo dormir tranquilo, susurrado a mi oído por el suspiro de tu sueño, ya no deambulo más, he alcanzado el objeto anhelado a lo largo del camino, en ti Indiana han concurrido todos los caminos, y solo en ti ha descansado por fin este pobre peregrino.
Amigo, de todas las palabras que magistralmente has escrito, la que más me ha gustado es la de este comentario, -AMIGO- Gracias, y espero que tengas una Feliz Navidad, como le deseo a todos mis amigos.