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Categoría: Ciencia Ficción

LA MODELO

Mi nombre artístico, Michelle. Mi nombre de pila, Maria Elena. Mi profesión, modelo de publicidad. Mi historia personal se pierde en la memoria, sin fecha ni tiempo de existencia. Sólo el momento en el que conocí a Ronald, marca el comienzo de mi edad.


En una campaña de motocicletas, quiso el destino que un joven de diecisiete años, se acercara al stand donde yo las exhibía; atraído quizá por mi sonrisa seductora o talvez por la semidesnudez de mi cuerpo que dejaba apreciar la sensualidad latina. Extasiado me contempló. Su admiración fue el mejor homenaje a mi vanidad y a mi condición de mujer.

Días después la motocicleta y yo, pasamos a ser de su propiedad. En esa época fuimos sus dos adquisiciones más valiosas. Al llegar a su casa me instaló en su cuarto. En los ojos y por sus palabras, podía captar el orgullo que sentía por ser mi dueño. Era la envidia y la admiración de sus amigos.

A partir de esa fecha mi mundo se redujo al espacio limitado de una habitación. Pero yo era muy feliz, porque ocupaba un lugar privilegiado en ese mundo de inexperiencias, asombros y descubrimientos cotidianos.


Los años transcurrieron con lentitud para mí y demasiado rápido para Ronald, que se transformó en un apuesto hombre. Su metamorfosis no me pasó desapercibida. No hubo secretos que yo no conociera, ni tuvo sueños que no fueran también los míos; compartí sin inhibiciones toda su intimidad. Fui como la musa para el poeta y la modelo para el pintor. Llené de erotismo sus fantasías y alguna vez fui blanco perfecto para desahogar su furia, pero siempre estuve allí, como confidente y compañera fiel; viviendo a su lado momentos inolvidables.

Y como todo en la vida está sometido a cambios, estos llegaron casi sin darme cuenta. Primero fue la indiferencia, luego el olvido. Yo sufría en silencio. Otros seres, otras cosas, demandaban más su atención. Pasé, entonces a ser tan sólo un objeto en la decoración de su cuarto.


Mi piel empezó a perder la tersura y su color. Algunas partes de mi figura mostraban sin pudor su decadencia. Comprendía sin quererlo aceptar, que mi tiempo estaba pasando. Exteriormente y a pesar de mi deterioro físico, continuaba igual. En mi rostro aún se reflejaba la coquetería con la que una tarde lo cautivé, pero mi alma vivía los momentos previos de un final.


Cierto día llegó más temprano de lo acostumbrado. No venía solo. Una bella mujer lo acompañaba. Al verlos sentí celos, más este sentimiento se borró de repente al ver como recogía algunas pertenencias y las guardaba en una maleta. Tuve la certeza de que se marchaba para siempre.

Me llené de pánico. Grité con desesperación para que me escuchara. Mis gritos murieron en el silencio de mi garganta, Ronald no podía escucharme. Continuó empacando sus cosas, indiferente a mi presencia que impotente tenía que dejarlo partir.

Antes de salir recorrió con la mirada la habitación. Por un instante sus ojos se posaron en mí, pero no vio la angustia que sentía, al saber que con él se iba todo cuanto yo era. Cerró la puerta y se marchó. Un dolor infinito penetró muy hondo, destrozándome.

Y me quedé allí, inmóvil, silenciosa, sonriendo con picardía. Prisionera dentro del afiche de publicidad que él una vez adquirió y colgó con gran ceremonia en la pared de su habitación.
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6 comentarios. Página 1 de 2
Ernesto  Orjuela Perez
invitado-Ernesto Orjuela Perez 08-12-2006 00:00:00

En este cuento por lo menos se cambio de tema erotico-porno, del que creen que es lo unico válido para escribir cuentos. Al comienzo muy historia rosa, pero se salva al final con tremenda sorpresa de descenlace. Muy bien, muy bien.

javier
invitado-javier 01-12-2006 00:00:00

Es una maravilla la habilidad que tienes en cuestion de intriga; ni que decir que es la base de toda historia que como esta es intrigante hasta el final y mantiene ese hilo de tension que a todo lector gusta y ademas tocas un tema muy inusual como es la vida inerte y sus sentimientos ;; Digna de admiracion ;;

Pedro Luis Osorio
invitado-Pedro Luis Osorio 29-11-2006 00:00:00

conque fasilidad inventa de cualquier cosa una temenda historia. Asi es que me gustan las historia, todas bien estrañas.

Marco Antonio Albarracin
invitado-Marco Antonio Albarracin 25-11-2006 00:00:00

A mi no se me ocurriria escribir un cuento asi, fijese que imajinacion la que tiene tan desarrollada, es increible, esta muy bueno. Le anoto un dies

Augusto
invitado-Augusto 19-11-2006 00:00:00

Me gusta este cuento, tiene la magia de lo inesperado, poraue al final se encuentra con que la vaina era otra y no lo que se pensaba al principio.Siga escribiendo asi

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