Día 1:
Te he escrito ya varias cartas pero nunca me atrevo a enviártelas, luego levanto un suspiro entre los labios y tras ello te envío cualquier palabra, quizá no llegue exacta a su destino, pero sé que un día llegará bien.
Día 2:
Hoy me han dicho que el que espera desespera y la verdad es que tiene gracia la frase, pues si desentrañas las palabras des-esperar es dejar de esperar y si dejas de esperar ¿a qué esperas entonces?. Ya sabes yo siempre liando las palabras, soy rebelde, mareo al mundo.
Día 3:
En realidad comprendo que no escribas, aunque esa vanidad un día te llevará a la tumba, lo digo de veras, tanto orgullo debe de acumularse mucho en el cuerpo y tanto peso no es bueno para el corazón.
Día 4:
Los días van pasando y yo paso con ellos. Tengo miedo a que un día hayan pasado tantos que no puedas volver. Temo ese instante en que me escribas o me llames y mis palabras se vistan de indiferencia sin yo quererlo. Tengo miedo, pero no se me nota, te sigo escribiendo.
Día 5:
Sí, ya lo sé, todos los días te escribo y parece que no voy a parar nunca, pero pararé, solo hay que tener paciencia, siempre dicen que cada persona tenemos un ritmo, el mío es lento, el tuyo no sé.
Día 6:
Hoy me he enfadado con el mundo, bueno no, hay que ser justos, solo me he enfadado contigo, a veces me recuerdas al mundo, tan grande que no se puede abarcar, tan desconsiderado que no se puede resumir, tan incomprensible que da miedo entenderte. Hoy no he sido más breve para filosofar sobre ti.
Día 7:
Hoy escribirte es cómo un castigo, me he propuesto ignorar que no me respondes, tal vez que ya no lo hagas nunca, estoy triste, pero es absurdo estar triste a solas, es mejor estar triste con compañia alegre, no se nota tanto. Voy a salir.
Día 8:
¿Ya? ¿ya estamos en el día 8?, 8 días y no me has dicho nada, yo que tenía la esperanza de que algo tuvieras para decir. Supongo que es dificil encontrar palabras y las que hay no son suficientes. Voy a ver si hoy me dedico a ampliar el diccionario, no quiero que te falten.
Día 9:
¡¡Hoy casi me da un infarto de la ilusión!!! tengo tantos nervios que creo que mi corazón va a explotar. Te cuento, ¡hoy he soñado contigo!, ¡soñaba que me escribías!! fue ¡¡especial!!, Sabes ¿por qué?, porque creí que era verdad.
Día 10:
Hoy no estoy para sueños. Trato de creer que este mundo no es real pero que va, debe serlo, si no una persona no se empeñaría tanto en apartarse de sus sueños. Voy a buscar una foto tuya, quizá me anime.
Día 11:
Nada, no encuentro la foto, he buscado por todas partes pero será que la borré, sí, ahora recuerdo, la borré. Hoy no quiero escribir más por eso me callo.
Día 12:
Hoy todo se me ha vuelto gris, las personas, los árboles, los pájaros, la comida, los besos, todo es gris, no logro cambiarlo de color.
Día 13:
Mi llanto cada vez es más grande, mis palabras cada vez más pequeñas. No se lo digas a nadie pero creo que me estoy olvidando de ti.
Día 14:
Hoy ya no estoy para escribir. No te asustes no me pasa nada, es tan solo que perdí la esperanza, junto con la memoria y no recuerdo dónde las puse.
Dïa 15:
¿porque me preguntó por ti si no sé quién eres?
Día 16:
¿por qué te escribo si no sabes quién soy?
Día 18:
El silencio te sienta bien, pareces mejor persona.
Día 19:
Te imitaré.
Día 20:
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Días restantes de una vida:
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La vida es tan solo reciprocidad.
hola Celedonio!, acabo de ver tu comentario, no!, para nada!, je. Yo no te doy de baja, ni le doy de baja a ninguno de vosotros, mis amigos, no creas ni por un momento que yo cuento los días en una amistad, vale?, no tengas cuidado. Este cuento habla solo de las personas que pasan AÑOS y se les olvida dar un paso diferente en la vida porque quizá jamás estuvo en su corazón darlo, no los que tardan ni meses ni días, ni horas en dar señales de vida. Yo soy muy respetuosa con el tiempo de las personas. Solo está dedicado a una amiga que aún tiene esperanza con otra persona, solo buscaba ser educativa por si me lee para que entienda lo que es justo. Un abrazo grande y cuidate amigo!