Corría el año de 1963, y en la ciudad de Guaymas, Sonora, nacía quien a la postre se llamaría Arutnev Atoc. Su nacimiento fue por cesárea y por lo difícil de éste, su madre tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. En esa operación el nonato fue severamente lastimado de su tierna cabecita. Los médicos no le daban esperanza de vivir, y la madre en un intento desesperado prometió a la santísima virgen guadalupana que si salvaba a su hijo, lo llevaría ante su presencia a la edad de 7 años. El tiempo pasó irremediablemente y Arutnev llegó a la edad dicha, sin embargo la promesa o manda hecha por su madre no se concretaba por motivos económicos. Pero Dios y la virgencita que son buenos concedieron la dicha y por fin un 7 de octubre de 1993 se le concedió visitar a tan inmaculada imagen: La Virgen de Guadalupe. Han pasado desde ese día casi 10 años, mas al recordar ese acontecimiento no puedo evitar que de mis ojos broten unas lágrimas de añoranza. Efectivamente quien esto escribe Arutnev-Ventura estuvo a punto de morir, pero fue salvado por un milagro de nuestra madrecita indígena del Tepeyac.Con esta semblanza breve quiero dejar constancia de ese para mí considerado un milagro. Gracias Dios, gracias madrecita linda. Gracias virgencita de Guadalupe.
Yo creo en tu historia por que soy creyente de la Virgen de Guadalupe. Gracias por compartirla con nosotros.