CAPÍTULO 9.
Ejecutando el conjuro. (FINAL).
En un principio este libro se creó con la finalidad única y exclusiva de tratar con lo espíritus; era la manera en que los magos establecían contacto con seres superiores que le revelaran el secreto de pociones, que en la mayoría de los casos resultaban ser de brebajes para sanar las enfermedades. Con ese propósito se creó , pero por algún motivo desconocido este comenzó a alimentarse de energía maligna y a auto-condicionarse.
_ ¡Por Dios digan de una vez el conjuro...!- pedía a gritos Aurora, que ya estaba por acabar el rosario y no sabía que inventar más.
_ Tú no te preocupes... si es necesario vuelve a rezar otro rosario- le recomendó Daniela.
_ ¡Ay!... aquí dice que se necesita la sangre de un hombre santo y la de un valiente, para poder realizar el conjuro- comentó Sebastián.
_ Un hombre santo... ese eres tú... un valiente... ¿quién podré ser yo?- preguntó Daniela.
_ Pues no veo a nadie más... – intervino Aurora.
_ Ok, entonces donaré mi sangre. Espero no sea mucha, no quiero debilitarme.
_ No sólo es una gota, pero debes cortarte te dolerá un poco- explicó el Padre.
_ No importa que duela... solo quiero deshacerme de ese fantasma.
Salió del sótano y pidió rápido a sus hermanos que se encontraban en la sala, que le trajeran un cuchillo.
_ De prisa... muévanse que no hay tiempo que perder.
Ya en el sótano, Sebastián le explica a Daniela que deben hacer y comienza el Padre con voz potente y autoritaria:
_ “Hic est dies…” (Traducido, este es el día...)- “Exit nunc...” ( sal ahora...) y luego:
_ “Libro de conjuros, nosotros os exigimos tu ayuda. Dios ilumina nuestro hogar y vidas... porque con luz no hay oscuridad y sin oscuridad no existe el mal. Libro de conjuros conduce a esta sombra a su Patria, para que permanezca allá y no vuelva, luego ciérrate e imprime en ti un sello sagrado que no se rompa ni con el fuego del infierno”.
En ese momento Daniela se hizo un pequeño tajo en la yema del dedo y dejó gotear su sangre sobre la misma página del conjuro, lo mismo hizo el Padre. Su sangre más la de Daniela, junto con la misma tinta del libro, se unieron para coagularse juntas, formando así el sello sagrado. Junto con eso el padre grita: _ ¡Hic Est Dies...! ¡Exit Nunc...!- refiriéndose al fantasma y Daniela que estaba muy ansiosa, al libro: _ ¿¡Qué esperas!?... ¡Ciérrate!
Pero se rehusaba... el Padre ya molesto:
_ Basta de conjuros paganos... en el nombre de San Jorge y del Arcángel San Gabriel te lo ordeno.
Y bastó que los nombrara para que dejara de ofrecer resistencia, cerrándose tan fuerte que las partículas de polvo comenzaron a volar por el lugar. Pero no era grave, solo ocasionaron estornudos y alergias momentáneas.
Aunque inmediatamente de eso, hubo un gran temblor... realmente ambos, el libro y el espíritu, se hallaban enfurecidos... cayeron cuadros de la casa, floreros y se rompieron uno que otro adorno más, sin qué lamentar mucho.
Después se detuvo y no hizo nada más que llamara la atención. Al parecer los habían derrotado y ese último temblor sólo habría sido un ataque de rabia por sentirse impotentes ante Daniela y los demás.
Aún así, esperaron un poco más, para estar seguros de haberlo derrotado definitivamente y para ver si el sello se rompía. Esperaron pacientemente unos veinte minutos y éste no hizo acto de presencia. Al parecer el fantasma se había marchado y su conexión con el mundo de los vivos se encontraba sellada para siempre.
Después de asegurarse que derrotaron al fantasma, abandonaron el sótano y se dirigieron a la sala donde los esperaban los demás muy impacientes. Allí les contaron lo sucedido y los tranquilizaron diciéndoles que ya no volvería a molestar más.
El Padre descansó un rato en el sillón y luego se despidió de ellos, no sin antes agradecerle a Daniela por haberle devuelto la fe en Dios; ésta también le dio las gracias y lo acompañó junto con Carlos hasta la salida. Y Aurora, luego de conversar un rato con los hermanos, abandonó la casa, para irse a la suya, al igual como lo hizo el Padre Sebastián.
Al rato regresaron María y Alejandra en compañía de su madre. María y Alejandra, que habían vuelto de haber ido de compras, mostraron a Daniela y a Lucía, la bolsa donde se encontraban guardados los zapatos de confirmación e hicieron señas para que éstas las siguieran a la habitación de María; la excusa perfecta para llevárselas al dormitorio y averiguar lo sucedido, sin que su madre sospechara nada.
Allí Daniela les contó lo sucedido detalladamente.
_¡Así que los demás se quedaron en la sala!. _ dijo finalmente María, después de escuchar toda la historia.
_Sí _afirmó Lucía, que había permanecido callada, mientras Daniela les contaba lo ocurrido.
_¿Entonces estamos a salvo? _ preguntó Alejandra.
_¡Sí! _se apresuró a responder Lucía, sacándole la palabra de la boca a Daniela.
Pero un comentario de María dejó a Daniela perturbada:
_¡Aún no debemos cantar victoria! ¡Solo sabremos que todo esto ha acabado, cuando hayan pasado los nueve días, sin que nos haya ocurrido nada malo!.
_¡Es cierto! _ exclamó Daniela, ya apunto de salírsele el corazón del pecho.
Una mano consoladora de María acarició su cabeza, al mismo tiempo en que le decía:
_¡Tranquilízate! Hiciste un buen trabajo; ahora sólo queda esperar a ver que pasa ¡Seguro nos deshicimos de él!.
De todas formas a Daniela no dejó de preocuparle el comentario anterior y sintió que debía decírselo a los demás, porque tenían derecho a saber de lo que podría pasar. Era una posibilidad y no sería justo no tenerlos al tanto de lo que podría sucederles. Así que se los advertiría; eso sí, de la manera más tranquila posible, para no preocupar de más a sus hermanos, ya que a pesar de todo, sólo era una posibilidad y no sería justo mortificarles la vida antes de tiempo.
Pero transcurrieron los nueve días y nada malo sucedió. Ya han pasado incluso cuatro meses de aquel suceso y hasta ahora nada extraño ha vuelto a ocurrir, de todas formas el Padre Sebastián hizo contacto vía telefónica con un colega que además es exorcista, sólo por precaución. Esperamos que realmente no ocurra nada. Aunque como ya ha pasado tanto tiempo lo más probable es que todos se encuentren bien, fuera de peligro.
FIN
porque la verdad es que un poco extenso. La historia es buena y tiene una trama entretenida. Esperemos que no todos los libros sean igual de inteligentes. Una saludo