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Categoría: Historias Pasadas

Himathra y su pena en Al Chem

Esta es una preciosa historia, llena de dolor y lágrimas.
Hace muchos años, en Egipto, también llamado "Al Chem", tierra de valles, de praderas y de mucha agua en aquel entonces, de grandes y colosales ciudades que destruyó el tiempo y la erosión para dar paso a la tierra árida y soleada que todos conocemos, vivió una mujer sin ningún brillo ni poder. Era muy joven y muy bella, su piel blanca estaba ya oscurecida por el sol, su cabello negro volaba al son del viento egipcio, y por su gran belleza, fue elegida para rendir servicios a un Rey.
Esta mujer, que fue bautizada como Himathra, llegó a rendir tributo a un Rey, que se enamoró de ella en cuanto la vió. Es que era ella tan inocente, tan pura y tan niña que no lo dejó indiferente. Por esta razón él la convirtió en su "favorita", lo que significaba que nadie la podía tocar, mirar, hablar o faltar al respeto en absoluto, porque ella era propiedad del Faraón y una extensión del mismo, y solo este Rey podía hacerla suya. Ser Faraón era ser hijo del mismo Ra o del dios Atón, por lo que jamás se podía mirar al Rey a los ojos, para no desafiar su grandeza y su divinidad. Pues Himathra tampoco podía mirar al Faraón, y él aprovechaba esta situación para contemplar su belleza.
Si el Rey no hubiera sido un hombre casado, podría haberla hecho su esposa, a pesar que se permitía la poligamia para todos excepto para los sacerdotes, pero el Faraón quería que ella fuera la primera en su vida, su primera esposa, y eso ya no era posible. Por eso la amaba en silencio. Cuando la tenía cerca la miraba con detenimiento, y respiraba junto a su cabello, junto a su piel, con la respiración húmeda de calor, de pasión, de lujuria tal vez, aunque jamás llegó a tocar un centímetro de ella, y nunca la hizo suya. Himathra, por su parte, deseaba colgarse de una vez a su cuello y entregarse, dejarse amar, pero era un amor tan puro y tan limpio que ninguno deseaba humillar ni forzar al otro, simplemente amaban en silencio, con un fuego interior que los consumía.
Y así transcurrió esta historia durante años y años, sufriendo y mirándose en las tinieblas, amándose locamente, pero debiendo reprimir ese amor, sin que un dedo de ellos tocara la piel del otro nunca, sin que alguna remota vez sus miradas se cruzaran, ni pudieran intercambiar palabra alguna, pero profesándose un amor eterno más grande que el mismo Egipto.
Cierto día Himathra enfermó gravemente, entró en un coma larguísimo, del que ningún mago ni sabio la pudo despertar. El Faraón, postrado a sus pies, le prometió que se encontrarían en otra vida para amarse libremente, porque en ésta todo su poder y sus riquezas no le alcanzaron para ser felíz con la mujer escogida. Pasado un tiempo, Himathra murió.
El Rey continuó gobernando algunos años más, era un hombre muy carismático, lleno de belleza y de virilidad, pero en su cabeza sólo estaba la imagen de su Himathra y la ilusión de un día volverla a encontrar. Sepultó a su amada mujer en una tumba subterránea en las afueras de la ciudad, embalsamó su cuerpo para que en la otra vida su alma perdida lo encontrara y pudiera resucitar, la adornó con joyas, la vistió de lino y de sedas, y puso sobre su cabeza un tocado con la cobra y el chacal, porque ella reinaría con él en la próxima vida el alto y bajo Egipto. La sepultó, pues, en un sepulcro secreto para que nadie pudiera profanar su tumba, a la entrada del sepulcro puso un gato de oro, para asegurar su descanso y evitar que su alma anduviera errante y sin rumbo.
Luego de unos años, el Faraón murió, y lo sepultaron en una colosal tumba, lejos de Himathra, y la historia se olvidó.
Pero antes de morir ordenó que en su sepulcro escribieran esta historia, para que Himathra nunca olvidara buscarlo cuando volviera a la vida.
..................................................
Yo siempre recordé sin querer cosas de Egipto que jamás estudié. Despierta, y desde muy niña, bailaba música egipcia como si estuviera en una escuela, y sabía gran parte de la historia de éste pueblo sin que nadie me la contara, y con grandes detalles. Así transcurrió mi vida, criada en una sociedad común y corriente, chilena, clase media, crecí con el amor de mi familia, quienes me dieron lo mejor que estaba en sus manos. Fuí desarrollando aptitudes excepcionales, compositora, cantante, bailarina, pintora, poetisa, y tantas otras.
Tuve la oportunidad de hacerme una regresión hace un tiempo atrás. Yo, la verdad, pensaba que había sido en la otra vida María Antonieta de Francia, o La Quintrala, pero resulta que pude recordar sin estar dormida mi vida en Egipto, como Himathra, y les puedo asegurar que es terrible buscar a una persona que no sabes si vas a encontrar.
Bueno, pues en esta vida yo encontré a ese Rey. Pero ya era muy tarde, porque hace cuatro años yo me casé con el hombre que amo y que me hace felíz. Pero él apareció y me vino a revolver la vida. Lo pude reconocer por sus ojos, porque hay algo en él que me indica que no estoy equivocada, y siento que debo estar a su lado. Por eso sufro nuevamente. El tiene ya más de 50 años, yo apenas 23. Escapé, me vine a vivir lejos de su presencia, donde su amor no pueda dañarme.
Tal vez en la próxima vida podamos reunirnos y, al fin, ser felices, a tiempo.

Este cuento es real. Sentí la necesidad de contarlo, porque me siento sola con esta carga. Si te gustó, mándame carta a mi mail himathra@hotmail.com yo te mandaré respuesta.
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8 comentarios. Página 1 de 2
Patt
invitado-Patt 09-03-2006 00:00:00

Hola Sol, es un cuento muy hermoso, faltan mas cuentos asi, no se porque tanto voto para xxx y porno si hay cuentos tan hermosos como este. Lleno de historia y pasion. Es lindo, te felicito y espero leer mas de ti alguna vez.

Eduwiges Santander
invitado-Eduwiges Santander 04-04-2004 00:00:00

Hermoso cuento pero siento en él suma frustración.

Drago
invitado-Drago 03-04-2004 00:00:00

Debemos estar concientes de que la reencarnacion es algo natural. Varias veces sucedera hasta que alcanzemos la verdad.

Crystal I
invitado-Crystal I 02-04-2004 00:00:00

Estuve pegada al ordenador hasta que acabé de leerlo porque el tema de tu relato me resulta fascinante. Yo realmente creo que de verdad existe algo más allá de la muerte y tambien escribí un relato de este tipo pero con final feliz. Siento que en esta el desenlace sea tan triste y conmovedor. Felicidades. "Himathra y su pena en el chem" de Sol Abder-Kader

Tania
invitado-Tania 07-09-2003 00:00:00

Es facinante creer que existen vidas psasda, creer que despues de la muerte hay algo más, que no todo se ababa , te felicito por tu historis eres elegida entre muchas. chao.

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