Habían dos amigos que siempre se la pasaban juntos. Eran los mejores amigos, carne y uña. Salían a conquistar chicas, a tomar y también estudiaban la misma carrera porque tenían demasiados intereses en común.
Pero de esas tantas conquistas, uno de los amigos se enamoró perdidamente de una chica. El otro amigo se la había presentado, era prima de una de sus tantas enamoradas. Desde ese entonces las salidas en parejas se hicieron más frecuentes, es decir, Mario buscaba con quién salir, para complacer a Marcos quien planeaba citas que lo acercaran más a la mujer que le dificultaba el sueño.
Y así sucedió, Marcos logró conquistar el corazón de aquella joven y estaba feliz, por supuesto Mario también estaba contento por su amigo. Hasta que Marcos empezó a hacerle a un lado. Todo su tiempo le era dedicado a su amor y Mario comenzó a sentirse desplazado.
Pero seguían viéndose las caras, era sólo cuando estaban en clases. Pero era llegar la hora de salida, para que Marcos corriera a buscarla. Y en el mismo descanso, se ponía a platicar con ella vía celular. Mario parecía una sombra y se sentía mal, inmensamente sólo. Y empezó a pensar... ¿Qué podría hacer? No conocía muchas amistades, en todo este tiempo le había bastado sólo la compañía de su gran amigo. Amigo que ahora parecía importarle poco de él. Se sintió ofendido e indignado por la actitud egoísta de Marcos. Definitivamente lo olvidaría, no merecía que lo extrañara tanto.
En el recreo comenzó entonces a participar más en las conversaciones de otros muchachos, a simpatizar con sus compañeros y conocer chicos y chicas de los otros cursos. Hasta que lo invitaron a una fiesta, dudó en ir... Nunca antes había asistido a una sin su camarada. Por un momento trajo a la mente aquellos recuerdos, ya parecían años. Sacudió la cabeza, llegaría a viejo sin darse la oportunidad de conocer a más personas. Así que se alistó y fue pensando que sería lo mejor para él.
Y así fue... La amistad con algunos de sus compañeros se fortaleció, ahora formaba parte de un grupo y las salidas se hicieron sumamente divertidas, más que cuando salía con su amigo. Y como todos, siempre hay alguien que se acerca más a uno que los demás y así sucedió con él. Hubo un chico de aquel grupo que se convirtió en su nuevo mejor amigo.
Un buen día... Saliendo de la cancha de jugar baloncesto con su grupo, vio a Marcos sentado sólo en un banco. Había llegado supuestamente a la plaza por inercia, luego de haber caminado sin rumbo abstraído en sus pensamientos. Lo observó un buen rato, tanto así que Carlos su actual mejor amigo le preguntó qué hacía. Le dijo que nada, pero le pidió que él y el grupo se adelantaran, ya los alcanzaría. Y se acercó a aquel, le preguntó que le sucedía y éste le contó que había terminado con la novia. Mario entonces frunció el entrecejo y lo abrazó. Sabía lo que ella había significado para él. Fue cuando Marcos se largó al llanto. Conversaron un rato más, pero sobretodo para dejar que su amigo se desahogase y cuando observó que se sintió mejor, se levantó de aquel banco y le dijo:
_ Estoy por ir a ver un par de películas que alquilamos mis amigos y yo. ¿Quieres venir?
El amigo se sorprendió y le dedicó una sonrisa:
_ No gracias, quizás en otra oportunidad... Ahora me voy contento porque sé que no me equivoqué contigo...
Mario confundido le pidió una explicación. ¿Qué habría querido decir?
_ Fui a tu casa y tu mamá me dijo que viniste con tus amigos a jugar baloncesto. En realidad no es casualidad que me encontraras...- dijo y se volvió a sonreír- Ahora que sé que puedo contar contigo, me siento mejor... Inmensamente feliz.
Luego de decirle esto se levantó del banco para darle la mano. Ambos la estrecharon con fuerza... Y Mario siguió su camino. Mientras meditaba se preguntaba qué pasó con todo su resentimiento. Estaba conciente del daño que le había causado sus desplantes, pero no lo odiaba. No podía, nunca pudo. Dirigió su vista entonces al entorno que lo rodeaba, para cualquier dirección que veía existía un vago recuerdo con él. Entonces entre la comisuras de los labios dejó escapar una diminuta sonrisa. Supo entonces cuánto lo había querido y que le perdonaba. En otro momento lo invitaría a conocer a sus demás amigos, para que no se sintiera sólo. Él ya había experimentado ese sentimiento y sabía lo triste que era. Por más causante que fue de eso, no se lo deseaba. La soledad no es buena compañera y en su opinión nadie la merecía.
“Las verdaderas amistades son perpetuas. Se llevan siempre en el corazón por más lejos que estemos de ellas. Por amor hacia un amigo se sufre, lo importante es saber perdonarlo, que te perdonen y salir adelante, pero sobretodo dejando los resentimientos a un lado; para poder salir a disfrutar con tu amigazo” ... Perdonar es “Divino”... Salir con tu mejor amigo es “Fashion”.
Dedicado a aquellas personas que han sabido perdonar en alguna ocasión a sus amigos. Y si tú no sabes cómo hacerlo, sólo busca en tu interior hallarás una buena respuesta, porque vendrá de tu alma. La pelea de ayer fue tonta, amiga mía, así que la olvidaré. ¿Tú te acuerdas de algo? Como siempre entonces. Te quiero...
Crystal y amigo Félix: Quisiera realmente agradecer, Su constante dedicación, Aunque me temo no merecer que me comenten con exaltación. Para mí es un gran placer, tenerlos a ustedes de amigos, También hacerles saber, y que sean aquí todos testigos Lo hermoso de este sentir sincero Que demuestra admiración y alegría, Por ser personas que quiero, A quí le traigo esta poesía. Atte; Nathalie Ledo. Pd: Más que poesía es verso, jaja y estoy conciente que no lleva las reglas que corresponden. Pero no me importa. A otro perro con ese hueso. Jejeje. Poeta no soy. Sólo sé que no sé nada, pero está escrito con el corazón.