¡El lobo! ¡El lobo! Clamaba el pastor. Los mozos en corro Prestos en derredor. El lobo no estaba. El pastor gritaba: ¡El lobo! ¡Es cierto…! … gritó en el desierto. (“Hoy no me siento bien”, de Melina Hidalgo Llovera)

ok Vidah dejame decirte que me gusta burda tu nombre! jejejeje. bueno, aunque me sienta halagada creo que eso de que mi cuento es algo quiroga me queda muy grande!!!! he leido a quiroga y de pana no creo que se le parezca! creo que me falta mucho, bueno, mucho es poco! apenas estoy empezando a escribir tia!!!! no me "mojonees" jajajaja pero gracias por el comentario!

La historia fluye aunque es un poco predecible, ¿que te pareceria si mejor, en vez de caer muerto, saliera volando por la ventana, elevandose como Remedios la Bella, y asi le das la vuelta de tuerca o algo por el estilo? Pero de todas maneras te felicito. Un detalle mas: La musica arruina el contenido del cuento, por la sencilla razon de que a lo mejor tu escribiste una sinfonia que el lector tarare mientras lee en silencio y a ti se te ocurre ponerle otra diferente, digamos por ejemplo una cumbia. Un abrazo y sigue adelante.

Sentí pánico al leer y recordar que yo también cometía el error de no creer en las llamadas excusas para no ir a la escuela. Si bien es cierto que inventan excusas, no es menos cierto que detrás de la mentira de un niño hay una gran verdad. Por no atreverse, o no saber expresar las cosas que les molesta recurren a la mentira. Este más que un relato, es una lección que debí leer cuando mis hijos eran pequeños. Claro, que no me trajo malas consecuencias, pero pensarlo nada más, me aterra.

Como decía aquella vieja canción: "Las huellas de tu casa echó raíces Melina", ahora quién echó raíces es la huella de tu cuento, buen trabajo, presentado de manera breve, pulcra y con impactante y demoledor final. FELICITACIONES.