Isabel se encontraba en la cocina lavando los platos, al rato entro su pequeño hijo Juan que contaba con unos 6 años.
-Mamita hoy no me siento bien- dijo.
Isabel pensó que su hijo estaba inventando una enfermedad para evitar que lo enviaran al colegio y con voz de fingida preocupación le dijo:
-¿Ah si? ¡pobrecito! y ¿se puede saber que es lo que tienes?
Juanito no respondió.
y se imaginaba la madre que su hijo estaría con la cara toda pintarrajeada para hacerle creer que tenia sarampion o que se pondría a toser, bueno, a forzar una tos, esto le hacia gracia porque recordaba su propia infancia.
-¡Pero bueno hijo! dime que es lo que tienes?
y el niño seguia sin responder
Isabel ya estaba perdiendo la paciencia y empezó a creer que Juan se habia salido de la cocina dejandola hablando sola, cosa que le molestaba y cuando dió la vuelta para ver si su hijo se había ido, lo encontró tendido en el suelo con los ojos desmezuradamente abiertos, estaba muerto.
melina tu cuento esta muy bueno... muy a lo quiroga! bueno es el autor en quien pensé al leer tu pequeña historia... yo yambien mi pintaba la cara cuando era chica!